Hola, me llamo Paco, tengo 33 años y he estudiado Historia del Arte. Los jóvenes estamos hartos de vivir en la precariedad y encima que nos hagan sentir mal por quejarnos. No somos caprichosos, ni vagos, sencillamente no nos gusta tragar que "esto es lo que hay". Que nuestros mayores fueran pisoteados y encima sonrieran no nos sirve de ejemplo.

Yo vengo del mundo de las humanidades y me dedico a la cultura en Andalucía, una de las zonas de España con más patrimonio, recursos turísticos, historia… Y, aun así, todos los trabajos con los que me encuentro son precarios, temporales e inestables. Con el paso de los años, he decidido optar a las oposiciones de educación secundaria como única salida para poder aspirar a una estabilidad. El mundo de la cultura es tan precario que a las empresas les da absolutamente igual que un empleado se vaya o exponga las condiciones, porque detrás de ti hay esperando 50 personas para ocupar tu puesto.

Vivimos bajo la cultura del conformismo de la mano de barreras generacionales en las que se sigue viendo raro que los jóvenes dejemos un trabajo si no nos gusta o por las condiciones del mismo. Condiciones tan precarias que pueden traernos como consecuencias problemas de salud mental. Nos llueven las críticas sobre el inconformismo, pero realmente tenemos una visión de querer aspirar a una estabilidad y no ser esclavos de un trabajo. 

Parece que, si tenemos un trabajo de lo nuestro, pese a tener unas condiciones pésimas, tenemos que estar agradecidos por ello y soportar la precariedad. Lo que ocurre es que el sector cultural está sumamente precarizado tanto en horarios, como en subcontrataciones de servicios, disponibilidad 24/7… por lo que nos vemos obligados a elegir entre algo relacionado con este mundo o tener unas buenas condiciones. Pero ya que hemos invertido años de nuestra vida en formarnos en un ámbito, qué mínimo que tener la opción de trabajar en algo similar a nuestra formación y con unas condiciones decentes. 

Es muy triste que para poder optar a una estabilidad haya que decantarse por el empleo público. Por ello quiero dirigirme a los miembros del Parlamento de Andalucía. No vemos apoyo por ninguna parte. La única solución para ofrecer empleo joven no debería ser unas oposiciones. Y si tenemos más de 30 años ni siquiera tenemos acceso a ningún tipo de ayudas, entre ellas las de empleo. Por eso es fundamental que haya una ampliación de la cobertura de garantía juvenil.  Se da por sentado que a esa edad ya debemos tener una estabilidad, pero nada más lejos de la realidad.