Mi nombre es Paloma, tengo 37 años, soy dueña de casa y en mi vida he tenido varios acercamientos con el cuidado de las personas mayores.

Primero, hace 12 años atrás, fui la cuidadora de mi abuela. Vivía con ella y otros familiares, pero nadie podía cuidarla, así que yo me hice cargo. Si bien ella al inicio era independiente, luego sufrió varios accidentes cerebrovasculares y quedó postrada. 

Yo estaba a cargo de todos sus cuidados, alimentarla, bañarla, vestirla, todo. Y si bien siempre lo hice con el corazón, por amor a ella, esto me afectó, pues estuve a punto de perder a mi hijo durante el embarazo por las fuerzas que realizaba frecuentemente. 

Por otra parte, hace poco tiempo estuve ayudando a un vecino, un hombre de 87 años que vive solo y que enfrentaba varios problemas por las complicaciones que tiene estar en soledad a tan avanzada edad.

Con mi marido siempre sentíamos que se quejaba, hasta que un día lo oímos gritar mucho y nos asustamos. Fuimos a verlo y nos dimos cuenta de que estaba en el suelo, se había caído y no podía levantarse. Sin embargo, no podíamos entrar a ayudarlo porque la puerta estaba con llave. Mi esposo tuvo que saltar la reja con los riesgos que eso conlleva, y pudimos entrar a estar con él en lo que llegaba la ambulancia.

Lo internaron en la comuna de Los Andes y yo lo acompañé, tuvo que ser operado porque se fracturó una pierna. Luego de eso él tuvo una recuperación de un año, en la que lo estuve acompañando por 6 meses en la medida en que mis tiempos me lo permitieron. Inicialmente lo visitaba en el hospital, le llevaba cosas, conseguí lo que le hacia falta con vecinos y algunas autoridades locales, además de mantenerme en continuas conversaciones con su sobrina, la única familiar cercana que él tiene.

Durante su recuperación también lo cuidé en su casa, me levantaba temprano a darle desayuno, ayudándole para que volviera a caminar tras la lesión, y también le daba once y lo cuidaba hasta la noche. 

Todo esto lo hago sin ninguna doble intención, de hecho, ni siquiera me gusta jactarme de la situación. Mi único motivo es el abandono en que veo se encuentran las personas mayores en Chile. No me gustaría llegar a la tercera edad y que me pasara lo mismo, veo con mucha tristeza lo que sucede. Si yo pudiera tener un hogar para tenerlos a todos gratis y bien cuidados, lo haría, pero no se puede por la situación económica que no ayuda mucho. 

Por eso le pregunto a las autoridades pertinentes: ¿Por qué no se establecen normas para que las familias sean responsables, los cuiden y no abandonen a las personas mayores? ¿Por qué no se hace algo para asegurar la protección de las personas mayores? Tal vez podrían imponer multas ante la irresponsabilidad y el abandono, pues es inconcebible que las personas sean abandonadas por su propia familia en la edad avanzada.

Además, este no es un problema privado, sino de toda la sociedad, ya que personas en abandono pueden ser peligrosas para la comunidad. En primera persona vi cómo un adulto mayor con problemas de memoria encendió el gas en su hogar y puso el hervidor en la cocina, generando una situación muy riesgosa por estar solo en su casa, sin cuidados.

¡Apoya y difunde! Si llegamos a la meta las autoridades responderán en este sitio web. ¡Firma por una vejez digna para todos y todas!