Pregunta para Congreso de la República de Colombia

Soy Paola Flórez, receptora de un riñón. ¿Cuándo habrá una ayuda económica que facilite los trasplantes a las personas que los necesitan y tienen bajos recursos en Colombia?

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Paola Flórez Pregunta de Paola Flórez

Hola, soy Paola Flórez Castro, tengo 36 años, soy de Bogotá y vivo en Candelaria, Valle. En febrero de 2020 recibí un trasplante exitoso de riñón. Mis dificultades renales, de las que todavía no tengo un diagnóstico base, fueron descubiertas por casualidad cuando yo tenía 19 años. En ese momento, en 2004, me ordenaron un medicamento para quitarme unas náuseas que tenía y me paralizó la cara. Por eso tuve que ir a un hospital de urgencias y allí me hicieron los exámenes de rutina. En el de orina salieron rastros de sangre. Además, mi presión estaba demasiado alta. Así fue como se dieron cuenta de que tenía un riñón más grande que el otro y que padecía una insuficiencia.

Debido a las negativas que me daba la EPS, no empecé un tratamiento antes de 2011. En ese momento comencé con una prediálisis, que me permitió tener consultas con el nefrólogo más a menudo. Gracias a eso, y a la información que encontraba por internet, empecé a ser más consciente de qué era lo que yo tenía. En 2015, el médico que me atendía me decía que era posible que en algún momento llegara a necesitar diálisis, pero que eso no iba a ocurrir antes de 10 años. No obstante, yo preguntaba por la posibilidad de un trasplante, y todos los doctores a los que consultaba me contestaban que sólo se puede entrar en lista de espera cuando se está en diálisis, no antes.

A pesar del diagnóstico que me dieron, que no era muy grave, dos meses después me empezaron a hacer exámenes cada mes, cada quince días, cada semana y al final un médico me remitió para que me empezaran a hacer diálisis de inmediato. Eso fue en octubre de 2015. Con eso ya se me permitió entrar en la lista de espera de la Clínica Country, en Bogotá, para un trasplante. Sin embargo, yo pedí a la EPS que el trasplante se hiciera en una clínica en Cali, para poder estar cerca de mi familia y de mi red de apoyo en el momento de la cirugía y la recuperación. Pero me dijeron que no era posible porque sólo tenían convenio con esa clínica.

A finales de 2019 opté por cambiarme de EPS por eso, pero también porque el plazo recomendado de cinco años de diálisis peritoneal antes de pasar a hemodiálisis ya se me estaba cumpliendo y la lista no avanzaba. Al hacer el cambio, me enteré de que sí es posible optar por un trasplante cuando se tiene insuficiencia renal, que ya es un estado irreversible, y no sólo cuando se está en diálisis. Tuve que volver a entrar en una nueva lista de espera, esta vez en la Clínica Imbanaco, en Cali, porque al hacer el traslado me sacaron de la primera en la que estaba. Pero en esta ocasión el proceso fue mucho más rápido y el trasplante se pudo hacer tres meses después, en febrero de 2020.

Ese día, 15 de febrero, me llamaron de Imbanaco unos minutos antes de entrar en una reunión y poner el teléfono en silencio. Me dijeron que debía estar en la clínica en 30 o 40 minutos para hacerme unas pruebas y determinar si el trasplante que había disponible era compatible conmigo. Al llegar allí, me encontré con un compañero con el que yo había coincidido en las diálisis. Al igual que yo, él salió favorecido, y yo quedé con uno de los riñones del donante y él con otro. La cirugía la hicieron en la madrugada del día 16. La persona de la que venían los órganos, que estaban en muy buen estado, era un joven de 16 años, cuya familia permitió que se hiciera la donación, que también sirvió para otros pacientes que estaban en espera en Cartagena y Bogotá. A pesar de lo doloroso de la operación, mi riñón empezó a trabajar de inmediato. Después de tres años sin orinar, volví a tener la necesidad, y esa es una sensación muy bonita.

Entre todas las realidades que he podido vivir y conocer en todo este proceso, considero que hay una que debería cambiar, y es que las personas que no pueden trabajar debido a que tienen que hacerse algún tipo de diálisis tengan una pensión asegurada que les permita acceder al trasplante. Hay mucha gente que se quiere trasplantar, pero no lo puede hacer por falta de dinero, y porque si lo hace, no va a poder trabajar. Debería haber alguna ayuda, algún subsidio de parte del Gobierno, porque es una manera efectiva de garantizar el derecho a la salud que tenemos todos los ciudadanos.

Por eso quiero lanzar esta campaña: para pedir al Congreso de la República y a las autoridades de Salud del país que promuevan un subsidio que facilite los trasplantes a personas que tienen recursos económicos limitados. Entre todos podemos ayudar a que este problema sea visible: si esta petición recoge 350 firmas, será presentada a los políticos para que la respondan en la página de Osoigo. ¿Me ayudas con tu firma? Y después de hacerlo, difunde este testimonio con tus familiares, amigos y demás contactos de WhatsApp y redes sociales. Movámonos todos para tratar de mejorar la calidad de vida de tantas personas que llevan mucho tiempo esperando un trasplante. ¡Muchas gracias!

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Pregunta dirigida a: Congreso de la República de Colombia