Tras cinco años de relación con mi pareja nos decidimos a formar una familia. Queríamos tener un hijo y nos tuvimos que decidir por la reproducción asistida porque yo no puedo tener bebés y mi pareja tenía más de 40 cuando tomamos la decisión. Por los criterios que tiene la Sanidad Pública, que excluye por edad y pone un límite de intentos, empezamos a ver opciones en la sanidad privada.

Se convirtió en la única opción que teníamos, así que empezamos a buscar comparativas en Internet y acudir a varias clínicas para obtener información y decantarnos por alguna. 

Tuvimos algunos desencantos y nos surgieron muchas dudas sobre cuál era el tratamiento que más nos convenía para nuestra situación. Se trata de una decisión vital en la que además de realizar una inversión económica importante no hay certidumbre total de cuántos intentos vamos a tener que realizar para quedarnos embarazados y seguir adelante con nuestro proyecto de vida.

En principio el doctor nos lo puso bastante "negro", para que fuéramos conscientes de todas las cosas que podían pasar. Pero finalmente salimos adelante y ya tenemos a nuestro hijo, estamos documentando todo nuestro proceso y todas las experiencias de la paternidad, la maternidad y la crianza a través de nuestras redes sociales y nuestro blog.

Queremos contar aquí nuestra experiencia para visibilizar que muchas parejas tenemos que recurrir a las clínicas privadas para los tratamientos de fertilidad por quedar fuera de las posibilidades que ofrece la Seguridad Social. Es injusto y discriminatorio que para muchas parejas la única opción sea acudir a la privada. 

Escuchamos a muchos políticos decir que fomentar la natalidad es una política de Estado, pero a la hora de la verdad se trata de una inversión que hacemos las familias de nuestros bolsillos. Y los procesos de reproducción asistida se pueden alargar mientras los precios aumentan. ¿Por qué no se hace cargo el Estado de esta situación? ¿Por qué no se subvencionan al menos una parte de estos tratamientos en las clínicas privadas?

Tras el nacimiento tampoco nos lo ponen muy fácil. Tenemos que reorganizar nuestra vida para que la conciliación sea posible y podamos compaginar trabajo y cuidados. ¿Qué medidas se están aplicando para facilitarnos la conciliación?

Queremos hacer llegar estas petición al Senado para exigir cambios. ¿Nos ayudas? Firma y comparte para hacerlo posible.