Pregunta para Parlamento de Catalunya
¿Cuándo recibiremos los pacientes oncológicos una atención psicológica continuada y de calidad?
Hola,
Mi nombre es Paqui, tengo 36 años y he vencido a un linfoma no Hodgkin. Estoy aquí para contaros mi historia, y empezaremos por el principio. Nunca imaginé que mi cansancio y apatía se debieran a un cáncer. Qué ingenua, que pensaba que la segunda maternidad me superaba. Mi segundo bebé acababa de nacer y era muy demandante, a lo que se sumaba un niño de 3 años que también me necesitaba. Mi cansancio iba en aumento, al igual que la tristeza. Y en una de las primeras visitas tras haber dado a luz, expliqué mis síntomas, y los médicos me diagnosticaron una depresión post-parto. ¿Cómo deriva una depresión post-parto en un linfoma no Hodgkin? Lo mismo me pregunté yo durante mucho tiempo…
Los síntomas no remitían e iba a peor, me ahogaba, tenía muchos sudores nocturnos, el cansancio era muy fuerte y de repente empecé con la tos, y a lo que le siguió toser sangre. Entonces sabía que algo no marchaba bien. Ese mismo día fui al médico de Urgencias, pero no le dio importancia porque “era demasiado joven para tener cáncer”. Cuando bien sabemos que el cáncer no entiende de edades.
El día 30 de diciembre de 2016 decidí ir al médico de nuevo, porque no podía más. La doctora ya vio que no todo era una depresión post-parto. Me mando una radiografía urgente y allí empezó todo. Tras una serie de diagnósticos incorrectos, una consecución de pruebas y visitas a distintos hematólogos, ya pudieron ponerle nombre y apellidos a lo que me ocurría: tenía un linfoma no Hodgkin.
A partir de entonces empecé con el tratamiento de quimioterapia, y he de decir que a nivel sanitario no tengo ni una sola queja. El trato que he recibido ha sido muy bueno, pero yo me he sentido, y a día de hoy no lo he superado, muy desatendida en el plano psicológico y emocional. En los casi 8 meses en los que el hospital fue mi segunda casa mi visitó dos veces una psicóloga.
Yo soy de Les Borges Blanques, un pueblo de Lleida, y por eso desde aquí me gustaría dirigirme a mis representantes políticos en el Parlament de Catalunya, para que atajen esta cuestión. ¿Cuándo recibiremos los pacientes oncológicos una atención psicológica continuada y real? Una visita esporádica no es sinónimo de acompañamiento, al igual que el cáncer no termina con la última sesión de quimioterapia, sino que hay mucho más, va más allá.
A día de hoy he de admitir que no he superado el duro golpe que me dio la vida. En el momento sacas pecho y tiras hacia adelante, no te queda otra, y menos con dos niños pequeños, pero cuando todo pasa te derrumbas. Por eso, desde aquí, quiero pedir AYUDA, para mí y para todos los pacientes que puedan encontrarse en una situación similar.