Pregunta para Asamblea de Madrid

La nueva ley del “solo sí es sí” incluye el acoso callejero como delito sexual, pero ¿cómo podemos denunciarlo si muchas veces no tenemos pruebas? ¿Qué protocolo deberíamos seguir?

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Patricia Moreno Pregunta de Patricia Moreno

Me llamo Patricia, soy de Madrid y soy estudiante universitaria. Hace un par de días tuve cuatro momentos en los que fui acosada por cuatro hombres distintos, para que después algunos digan que no hay para tanto y que somos unas exageradas.

El primero fue al mediodía, estaba esperando en un banco. Oí que alguien estaba gritando, pero no sabía que me estaba llamando a mí. De repente vi a un hombre mirándome desde la ventana de su casa, con cara de psicópata y sonriéndome. Le saqué el dedo y me puse detrás de una pared para que no me viera. No le di más importancia porque, lamentablemente, es nuestro día a día.

Luego, estando con mis amigas, pasamos por delante de un grupo de hombres, se nos quedaron mirando y se pusieron a decir cosas. Una vez más, no le dimos importancia. El tercer acoso fue cuando estábamos en el coche, paradas en un semáforo. Un señor se nos quedó mirando fijamente y nos incomodó muchísimo, y también le saqué el dedo. Hace unos años que decidí no callarme ante estas situaciones.

La última fue cuando iba por la calle con mis amigas, y un señor empezó a decirnos cosas y a seguirnos. Le dijimos que nos dejara en paz, pero él seguía. Al final nos dimos cuenta de que se estaba masturbando. Ahí me encendí y le insulté e insistí en que nos dejara en paz, pero sé que lo hice porque iba con dos amigas más. Si hubiera estado yo sola, la verdad es que me habría asustado mucho y no me habría atrevido a decir nada, porque una no sabe cómo va actuar un acosador.

Todo esto fue en un solo día, y no puedo contar las veces que he sido acosada en la calle, siendo la primera vez a los 11 años. Era verano, iba con tirantes y pantalón corto, y vi que varios coches reducían la velocidad para ir a mi ritmo. Oí comentarios como “qué guapa”, “¿qué haces tan sola?” e incluso “¿por 10€ qué haces?”. En aquel momento no era consciente de todo ello, pero con los años me fui dando cuenta de la gravedad de la situación, siendo solo una niña. 

La experiencia que recuerdo más fuerte fue cuando tenía 12 o 13 años. Iba por la plaza de mi ciudad, eran las 12h del mediodía y había mucha gente. Un señor me empezó a llamar guapa, pero decidí no decir nada y seguir caminando. Al ver que le ignoraba, el señor empezó a subir el tono, llegándome a decir barbaridades sobre cómo tendría sexo conmigo. Lo más triste es que había mucha gente por ahí, y nadie se dignó a decir ni hacer nada.

Por suerte, ahora la nueva ley del “solo sí es sí” incluye el acoso callejero como un delito sexual, pero tengo mis dudas sobre cómo se puede abordar. Si muchas veces ya ni nos creen cuando hay delitos sexuales más graves, ¿cómo lo harán si no podemos aportar pruebas? Si alguien me acosa y no me da tiempo a grabar con el móvil, como mucho podría recurrir a los testigos, pero por experiencias que he tenido, dudo que mucha gente esté dispuesta a declarar.

Es por esto que quiero dirigirme a las instituciones para pedirles cómo podemos actuar las víctimas de acoso callejero si queremos poner una denuncia, si hay algún protocolo a seguir o algún consejo para obtener pruebas fiables.

El acoso callejero existe y está arraigado en nuestra sociedad de forma preocupante. Un día estaba en una formación donde hablaban sobre inclusión y machismo. Éramos todo chicas excepto un chico. Nos preguntaron a cuántas nos habían manoseado en el transporte público alguna vez, y todas levantamos la mano excepto el chico, que se quedó perplejo. Se habla mucho de not all men (“no todos los hombres”), pero lo cierto es que todas las mujeres sí hemos sufrido algún tipo de violencia sexual, en mayor o en menor grado y en todas las franjas de edades.

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