Me llamo Paula, tengo 20 años y vivo en Coruña. Mi pesadilla comenzó muy temprano, en la etapa de primaria debido a una malformación congénita que tengo en el labio. Un día, una madre le dijo a su hijo que yo tenía un labio como el de los conejos, este lo contó en el colegio y comenzaron a llamarme conejo, entre otras muchas cosas relacionadas con esta deformidad.

Sufrí bullying durante toda la primaria, pero la cosa no se quedó solamente en agresiones verbales, a las que se sumaba otros problemas familiares en mi vida para meterse conmigo. Conforme pasaron los años, las agresiones verbales dieron lugar también a agresiones físicas; en seco de primaria decidí sinceramente con una profesora y contarle lo que estaba ocurriendo, en el colegio no hicieron nada, de hecho, uno de los principales alumnos que me acosaba era el hijo del jefe de estudios de la escuela. Recuerdo que era la época en la que empezaban las redes sociales, tenían hasta un grupo de WhatsApp con mi apodo de “conejo” solo para insultarme y meterse conmigo. Esta profesora  sacó el tema un día en c clase, pero más allá de eso, todos en el colegio lo obviaron.

Al pasar a la ESO, decidí cambiarme de centro. Los primeros  primeros años de instituto estuve genial, ya nadie se metía conmigo, tenía mi grupo y todo iba muchísimo mejor, pero en 3 de la ESO, todo se torció de nuevo. Mis antiguos compañeros de clase me encontraron por redes sociales y empezaron a acosarme por este medio.

¿Cómo ha influido el bulllying en mi vida? A día de hoy no tengo seguridad en mí misma, soy una persona muy introvertida y me cuesta mucho socializar. He llegado a acumular tantas cosas que un día exploté, tuve que ir durante mucho tiempo al psicólogo porque caí en depresión, hace pocos meses que recibí el alta. Decidí crear un vídeo para Tiktok contando mi historia a pesar de ello, sentía que tenía que hacerlo, darle visibilidad a estos casos, somos muchos niños los que hemos sufrido acoso escolar.

Necesitamos visibilidad, que en los colegios impongan medidas mucho más restrictivas e implanten charlas y talleres de inclusión e igualdad, que se castigue el bullying de verdad, que no lo escondan. No podemos permitir que por una anomalía física nos martiricen, por algo que se sale de lo que consideran “normal”. Además, el apoyo psicológico es fundamental para los niños que sufrimos acoso escolar, las consecuencias de no recibirlo a tiempo, pueden ser terribles.