Pregunta para Parlamento de Galicia
¿Cuándo se van a destinar más recursos para la investigación de los cánceres metastásicos?
Mi nombre es Paula y estoy atravesando un cáncer metastásico de endometrio. Todo comenzó porque me dolía mucho la pierna. Fue a un fisioterapeuta y el dolor disminuyó. Como hacía mucho ejercicio pensé que igual eran agujetas o de alguna mala postura.
Pero se me empezó a hinchar mucho el estómago y tenía muchas ganas de orinar. También empecé a tener muchos dolores en la espalda, dolores parecidos a los de la regla. Además, el periodo me venía con muchos coágulos.
Fui a Urgencias y les dije que creía que tenía una infección de orina. Me hicieron la prueba y como dio negativo me mandaron a casa. Ni me palpó ni nada.
Pasaron los días y el estómago lo tenía muy inflamado. De hecho, un día tuve que irme del trabajo por el dolor. Fui a la farmacia y me dieron aero red por sí podían ser gases. Como no se me pasaba fui a Urgencias de nuevo. Me palparon el estómago y me dijeron que podían ser gases. Me pincharon buscapina y me mandaron a casa.
Yo no me encontraba bien y sabía que algo estaba pasando. Pedí unos análisis de sangre y cuando fui a mi médico de cabecera me encontré con otra médica. Me palpó, me volvió a hacer las tiras de análisis de orina y me mandó al hospital comarcal para que me hicieran una ecografía.
Finalmente me hicieron un TAC y ahí ya empezó todo. Vieron los tumores y me derivaron al ginecólogo para que me hiciera una ecografía. Todos los médicos me decían que tenía bastante mala pinta el asunto. Que lo mejor era biopsiar y operar.
En el preoperatorio vieron que tenía también tumores metastásicos en el pulmón. Lo confirmaron con un PET TAC. Tenía un cáncer de endometrio en estadio IV. Como estaba muy avanzado me dijeron que no era operable, que el objetivo era empezar la quimio para cronificar la enfermedad.
Al par de días ya no podía andar. Tuve que volver al hospital y vieron que había un trombo en la pierna y que tenía una anemia impresionante. Me hicieron una transfusión de sangre pero no había forma de que mejorara. Al día siguiente me hicieron pruebas y vieron que el trombo me había subido al pulmón y que tenía una hemorragia interna.
Me tuvieron que derivar al hospital de Santiago. Me pusieron un filtro en la ingle para que el trombo no subiera más. A final de semana me bajaron a la planta de oncología. Algunos oncólogos no querían operarme pero mi oncóloga decía que lo mejor era operar. No encontraban de donde nacía la hemorragia, me transfundieron 10 bolsas de sangre, no había forma de que mejorara la situación.
Finalmente me operaron y todo salió mejor de lo que esperaban. Pudieron cortar la hemorragia y me quitaron el útero y los ovarios.
Cuando pasaron unos días me dieron el alta y empecé con la quimio. En todo momento el objetivo ha sido cronificar, no curar. Pero tuve mucha suerte porque desapareció la metástasis del pulmón.
Me tuvieron que volver a operar de nuevo, pero me salió una metástasis en la cadera. La radiaron y consiguieron que los marcadores tumorales se controlaran.
Yo estoy muy positiva, me encuentro muy bien y eso es fundamental en el proceso. Bajo mi experiencia quiero pensar que a ti te pueden dar un diagnostico, pero no un pronóstico.
Es importante que se invirtieran muchos más recursos en la investigación de los cánceres metastásicos. La investigación es vida. Me gustaría que el Parlamento de Galicia se hiciera eco de estas peticiones.