Pregunta para Asamblea de Madrid

A los 18 me diagnosticaron TLP y mi psiquiatra me recomendó la terapia electroconvulsiva. ¿Cuándo dejará de realizarse esta práctica?

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Mi nombre es Paula tengo 25 años y doy visibilidad a las enfermedades de salud mental a través de mis redes sociales (@pauborderlife). Actualmente estoy diagnosticada de Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), Ansiedad Generalizada, Depresión y en proceso de Trastorno de Identidad Disociativo (TID). A lo largo de mi vida he pasado por varias terapias, pero la peor sin duda ha sido la terapia electroconvulsiva (TEC), más conocida como electroshock. ¿Cuándo dejará de realizarse esta práctica? 

Llevo arrastrando problemas de salud mental desde que era muy pequeña. Debido a los abusos sexuales que sufrí en la infancia empecé a tener mucha ansiedad y pronto me diagnosticaron también depresión. Por aquel entonces tenía solo 12 años. Más tarde también tuve que lidiar con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) que podía verse potenciado por un posible TLP, pero era demasiado pequeña para poder tener un diagnóstico claro de este tipo, ya que mi personalidad aún estaba formándose. 

Cuando finalmente me diagnosticaron esta enfermedad, con 18 años, mi psiquiatra me recomendó la terapia electroconvulsiva. Tuve varias sesiones a través de la Seguridad Social. Me dijeron que podía ayudarme mucho y que no tendría efectos secundarios, pero no fue así. Apenas tengo recuerdos de esa época y a día de hoy sigo sufriendo pérdidas de memoria. 

Creo que esta práctica debería de prohibirse completamente. Es cierto que no es lo que era hace años, la técnica ha cambiado mucho, pero sigue tratándose de un mecanismo que proporciona pequeñas cargas eléctricas en el cerebro. Te duermen con anestesia, te aplican el tratamiento y despiertas con un gran dolor de cabeza, aturdida y sin saber muy bien dónde estás. 

Normalmente esta terapia está reservada a pacientes con depresiones resistentes a los que los fármacos ya no hacen efecto, además de personas con enfermedades como la esquizofrenia, trastorno bipolar o TLP. Según un artículo del periódico El Confidencial de este mismo año, “en España, se realizan al menos 3.000 tratamientos de este tipo al año”. Lo peor es que son pocos en comparación a los que se realizan en otros países.

Mecanismos como estos son los que hacen ver a las personas que padecen algún problema de salud mental como “los raros o los locos”. ¿Cómo vamos a combatir el estigma si prácticas como esta siguen existiendo? 

La sociedad todavía no es consciente de la importancia de la salud mental. En mi caso, tener todas estas enfermedades me provoca muchas limitaciones en el día a día. He llegado a encerrarme en casa durante meses debido a la agorafobia que me provocaba la ansiedad. Tuve incluso que pedir una baja en el trabajo con todo lo que ello significa. La gente sigue sin entender que alguien pueda pedir una baja por ansiedad o depresión porque la salud mental todavía está infravalorada respecto a la física. 

Creo que para acabar con este estigma se deberían de impartir charlas de sensibilización en colegios e institutos, además de tomar consciencia desde las instituciones y aumentar la financiación en salud mental para mejorar la atención pública. En definitiva, las personas que padecemos enfermedades de este tipo debemos de tener un trato digno. No puede ser que se abuse de las medidas de contención en los centros psiquiátricos como se está haciendo o que se sigan utilizando terapias como las electroconvulsivas. Somos personas y tenemos derechos como todo el mundo. 

Quiero lanzar esta petición a la Asamblea de Madrid para que al menos desde la autonomía se tomen medidas en este sentido. No podemos seguir mirando hacia otro lado.

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