Mi nombre es Paulina Ruz y mi hijo Vicente de 5 años tiene la condición del trastorno del Espectro Autista más conocido como TEA. 

Lo diagnosticaron a los 3 años, desde ahí empezamos un largo camino para que pudiera recibir la atención que necesita para desarrollar correctamente su sistema cognitivo de la mejor manera, y así pueda aprender como cualquier niño. 

Como familia hemos podido evidenciar múltiples problemáticas que viven y se tienen que enfrentar niños, jóvenes y adultos con TEA. Todo parte desde la salud, ya que hoy la salud pública no está capacitada ni para diagnosticar de forma temprana , ni para la atención integral de personas con TEA, esto porque básicamente se demoran mucho tiempo en derivar a un neurólogo,  después dar hora para que uno se pueda atender y porque los centros que tienen para trabajar con terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos y kinesiólogos tiene poco tiempo disponible por paciente y falta de personal. 

Las familias tenemos que optar por la salud privada, que significa un costo mayor no solo en el tema de recursos económicos, sino que también se traduce en un costo de estándares de vida para las familias más vulnerables y que no tienen altos ingresos. En mi caso pude llevar a Vicente a un neurólogo que diagnosticó a mi hijo, sin embargo, este profesional fue poco empático, lo cual hizo que nos afectará esta noticia como familia. 

Por otro lado, no existe acompañamiento de salud mental para las familias, ni una asesoría para los padres, una que consista en dar indicios de qué necesidades va tener Vicente, de cómo las podemos afrontar, qué métodos de estimulación podemos llevar a cabo nosotros en casa y otro tipo de informaciones relevantes. Uno como madre tiene que ir descubriendo e informándose de forma autodidacta hasta lograr encontrar esta información. 

Otro aspecto que me llama la atención es la educación, muchos establecimientos educacionales, tanto jardínes como colegios, le cierran la puerta a niños con TEA. Sobre todo los del sector público, por lo que uno debe ingresarlos a jardines privados, que también tienen un alto costo, que no tienen personal capacitado para que los niños aprendan y uno termina dependiendo de la buena voluntad de las educadoras del establecimiento. Si bien existe el Programa de Integración Educacional, este es muy vago y no cuenta con el personal integral que necesita un niño con TEA. 

Por último, el país no está adaptado ni intenta adaptarse para niños o personas con capacidades diferentes. No existen pictogramas que den indicaciones, ni calles bien señaladas o en buenas condiciones, lo que dificulta el andar por la ciudad a los niños con TEA o a personas con cualquier tipo de necesidad, lo que perpetúa que la sociedad cree a personas discapacitadas. Por otro lado, creo que en cada comuna debiese existir por lo menos un parque sensorial, ya que estos ayudan a estimular múltiples sentidos en los niños y niñas, además de ser un aporte para las personas con TEA.

Por esta razón le preguntó al parlamento ¿Cuándo existirá un apoyo integral para niños con TEA, que abarque salud, educación y una adaptación de la sociedad? Es necesario empezar a implementar políticas públicas que apoyen de manera integral a las personas con capacidades diferentes, porque cada vez se traduce en un porcentaje mayor de población. 

Además, cada política pública debiese llevarse a cabo de manera particular, no agruparlas  en discapacidades, porque cada condición requiere de un tratamiento y necesidades diferentes, es por esto que una de ellas debería regularse de manera independiente. 

Los invito a firmar esta campaña, para que desde la Cámara de Diputados me puedan entregar una respuesta y así avanzar en el camino de una inclusión real para los niños y personas con TEA. Necesitamos la participación de todas y todos ustedes, ya que, si conseguimos los apoyos, esta pregunta llegará a los diputados y  nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web. Ayúdanos haciendo clic en el botón “apoyar” y difundiendo esta pregunta, para  avanzar en una sociedad inclusiva para todos los niños.