Mi nombre es Pedro Prieto Zambrano y terminé en el año 2018 el Grado en Enfermería. Actualmente, soy residente de segundo año de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria en Valladolid. En Enfermería tenemos diferentes especialidades como son Enfermería Obstétrico-Ginecológica (la más regulada en la actualidad), Enfermería Salud Mental, Enfermería del Trabajo, Enfermería Geriátrica, Enfermería Pediátrica y Enfermería Familiar y Comunitaria. Además, también está creada la especialidad de Enfermería Médico-Quirúrgica pero no está desarrollada aún. 

Antes de comenzar la residencia, trabajé en diferentes Unidades como Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), Hospital San Juan de Dios de Almendralejo, Consultas Externas, entre otros y, como no, sufriendo la precariedad de la Enfermería: contratos de una mañana en un sitio que no conoces o contratos de uno o varios meses en el que cada día estás en una planta diferente. Esto en cualquier otra profesión es impensable y no sólo se pone en riesgo nuestro bienestar físico, mental y emocional sino también la vida de las personas. Es una profesión que tiene trabajo, pero muy precario hasta que no vas ganando puntuación en bolsa y hasta conseguir tu plaza fija, cosa que a corto plazo ni entra dentro de mis planes tristemente. Por no hablar del nerviosismo de estar todo el día pendiente del teléfono esperando la llamada de la bolsa de empleo por si te llaman para trabajar, NO ES VIDA. Y esto es lo principal, nuestra precariedad laboral. Además es vital la conciliación familiar, algo que con este modo de trabajo es difícil.

Hay enfermeros, como yo, que nos especializamos, pero esto no es un criterio para contratarnos ni darnos prioridad en la especialidad que hemos hecho, en mi caso Atención Primaria o Enfermería Familiar y Comunitaria. Todo esto se traduce en esfuerzo y estrés constante por realizar lo mejor posible tu trabajo, en una atención precaria y mala calidad asistencial y, por supuesto, en muertes. Gracias muchas veces a las compañeras de esa Unidad o planta que te ayudan a sacar tu trabajo, demasiado poco pasa. 

Hay que apostar por las especialidades, las ya creadas y las que aún faltan por crear (Urgencias, Cuidados Intensivos, Hemodiálisis, Cuidados Paliativos y un largo etcétera). Hay que apostar por la Atención Primaria, la primera puerta de entrada al Sistema Nacional de Salud y las plazas de los Centros de Salud tienen que ser ocupadas por enfermeras especialistas, ya que son enfermeras formadas y con las competencias necesarias para hacer crecer la Atención Primaria, pero necesitamos el respaldo de las Administraciones Públicas. 

¡OJO! No voy en contra de las enfermeras generales, yo también lo soy (la enfermera especialista puede perfectamente convivir con la enfermera general, pero no en las unidades donde ya existen las especialidades), y considero que Enfermería no tiene que ser especialista en el 100% de sus competencias asistenciales, pero si hay que crear plazas desde YA para las enfermeras que nos especializamos traduciéndose en mayor calidad de vida en los años vividos de la población general. 

Otra cosa que me gustaría visibilizar es que durante los dos años del EIR (Enfermero/a Interno Residente), en mi Unidad Docente tenemos que realizar un proyecto de Educación para la Salud. En mi caso, he creado el “Proyecto VISETUAL (VIve Seguro/a TU Alergia)”. Quería hacer algo diferente y dar a conocer esta problemática social y sanitaria, que lejos de disminuir está en aumento y cualquiera tiene riesgo de desarrollarlo en su vida. VISETUAL nace con el objetivo de formar inicialmente al sector de la Hostelería y Restauración en alergias e intolerancias alimentarias y garantizar una atención segura a las personas que sufren esta patología. 

En el proyecto ya iniciado, he impartido diferentes sesiones a restaurantes en las que hemos hablado de las diferencias entre alergias e intolerancias alimentarias, contaminación cruzada, autoinyectores de adrenalina y, algo también muy importante, trabajar la empatía y asertividad, entre otras muchas cosas más para que estas personas puedan vivir seguras con sus alergias o intolerancias alimentarias. Las personas con esta patología tienen que suspender planes por miedo, nervios y ansiedad a sufrir alguna reacción que en la mayoría de los casos son cuadros leves (picor, enrojecimiento, erupciones cutáneas…) pero que en personas muy sensibles al alérgeno puede producirse una reacción anafiláctica (reacción alérgica grave) y provocar la muerte. Y, por supuesto, en el caso de los niños/as puede ser incluso causa de bullying como tirarle el alimento para provocarle una reacción o reírse de su problema, y también no poder acudir a cumpleaños, excursiones, campamentos… por miedo a sufrir alguna reacción. 

Al final el acto de comer es un acto social y los restaurantes son la pieza angular y clave en ello, de ahí mi interés en acercarme a este sector. 

Le pedimos a las instituciones, en concreto a las Cortes de Castilla y León: las enfermeras vivimos en una precariedad constante hasta conseguir una plaza fija, ¿por qué no se invierte más en crear plazas para las enfermeras con especialidades y en contratos más estables?Por eso firma esta iniciativa para que por fin las enfermeras tengamos las condiciones que nos merecemos. Son importantes las enfermeras generales, pero también es hora de que se apueste por las especialistas. Necesitamos contratos de verdad, no de un día. Así por fin podremos decir que nuestra profesión tiene la estabilidad que tanto llevamos esperando y los pacientes la atención que merecen.