Mi apuesta es que las viviendas vacías de titularidad pública se pongan a disposición de programas de alquiler social y, en el caso de las privadas, incentivar a los propietarios para que las oferten. Estoy abriría la puerta a muchos jóvenes que ven en esta vía la única opción para disponer de una vivienda. Por otra parte hay que evitar los desahucios. Una familia desahuciada es un drama personal y social y a la vez un problema para la Administración que debe velar por ella y ofrecerle recursos. Por eso lo mejor es trabajar para evitar los desahucios. Nosotros en nuestro programa de Gobierno planteamos la elaboración de una Ordenanza de Segunda Oportunidad que proteja a estas familias.