Pregunta para Cortes Valencianas
Mi hija debutó con la diabetes tipo 1 justo un par de meses antes de la pandemia y en plena preadolescencia, lo que ha afectado a su estado anímico. ¿Por qué no se ofrece un acompañamiento psicológico a los menores que están debutando y a sus familias?
Me llamo Pily, soy de Valencia y tengo una hija de casi 14 años que tiene diabetes tipo 1. A finales de noviembre de 2019 entró en la UCI con solo 34 kg de peso (aquel mismo verano pesaba 44 kg). Fue allí donde vieron el problema y le dieron el diagnóstico, una enfermedad crónica con la que tendrá que convivir toda su vida, y también sus familiares.
Cuando debutó, nos dieron un curso diabetológico, aunque para mi gusto fue algo pobre en calidad y contenido. Aun así, nos ayudó para tener algunas pautas en cuanto a alimentación y control de la enfermedad. Sin embargo, lo que sí eché mucho en falta y, por eso estoy aquí, fue el acompañamiento psicológico.
El debut de mi hija le cogió en plena preadolescencia, una época que ya empieza a ser difícil de por sí. Para ella, recibir esa noticia fue muy duro, ya que implica llevar una vida diferente de la que llevaba en el momento. A todo esto se añadió la pandemia y el confinamiento, que nos ha afectado a todos de un modo u otro.
La unión de estos tres elementos (debut, adolescencia y pandemia) ha afectado mucho a todo el núcleo familiar, especialmente a ella. Actualmente ella carece de herramientas para asumir la gestión de todas estas emociones, lo que la lleva a tomar malas acciones y decisiones en la gestión de su diabetes. Está en una época en la que busca reafirmarse y parecer una persona normal, pero lo que no sabe es que ya es una persona normal.
Ante esto, quiero dirigirme a los miembros de las Cortes Valencianas, ya que soy de la Comunidad Valenciana y son mis representantes en dicha cámara, para que, cuando un menor debute en la diabetes, le ofrezcan un acompañamiento psicológico tanto a él como a sus familias.
Como todas las enfermedades crónicas, tener el diagnóstico y aprender a vivir con ella conlleva un proceso que incluye un duelo. Si este proceso coincide con otros momentos difíciles, todo se complica mucho más. Por eso es imprescindible que, al menos durante el primer año de debut, los menores y sus familias dispongan de este acompañamiento psicológico.