Sí desgraciadamente aunque hemos avanzado, aún nos queda mucho por hacer.
Buenas tardes a ambas. En primer lugar, muchas gracias por darme a conocer esa situación que, por su puesto, estamos tardando en corregir, porque los procedimientos y documentos administrativos y burocráticos deben estar adaptados a las situaciones reales de todas las familias y deben utilizar un lenguaje inclusivo. Desde el Gobierno de Canarias se ha puesto en marcha una Estrategia de transición igualitaria, con el objetivo de construir una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.
Así que lo pondré en conocimiento de la Consejería de Igualdad y Diversidad y me informo mejor al respecto.
Estaremos en contacto.
Muchas gracias.
Saludos.
Pino González Vega
Partekatu
Me llamo Patricia, soy de Lanzarote, y mi mujer Ixsys y yo tenemos un hijo de ocho meses que se llama Noah. Lo tuvimos mediante inseminación artificial en una clínica de reproducción asistida, y mi mujer fue la gestante. Cuando decidimos empezar con el proceso, nos dimos cuenta de que teníamos que estar casadas para que Noah llevase mis apellidos, que por suerte ya lo habíamos hecho antes.
Cuando Ixsys estaba a punto de dar a luz, tuvimos que pedir un certificado a la clínica de reproducción asistida conforme habíamos hecho una inseminación artificial de un donante desconocido. También tuvimos que abrir un acta en el juzgado para dejar constancia de que Noah tendría los apellidos de ambas con el consentimiento de mi mujer.
Una vez hechos todos estos trámites, y cuando nació Noah, fuimos a inscribirlo en el Registro Civil y, en todos los formularios que teníamos que rellenar, ponía “padre / madre”. No entiendo cómo a estas alturas, con tantas familias LGTBI en toda España, no hay un lenguaje inclusivo en estos tipos de documentos, con conceptos como “progenitor/a” o “tutor/a”.
La verdad es que toda esta parafernalia de trámites y registros llena de obstáculos me parece propia del siglo XIX. Yo anteriormente estuve con un hombre y tuve cuatro hijos con él. No estábamos casados, y sin embargo nunca nos pidieron absolutamente nada para que mis hijos tuvieran nuestros apellidos, ni a mí ni a él. ¿Por qué sí en el caso de dos mujeres o dos hombres? No tiene ningún sentido, y la única explicación posible es, por desgracia, que el colectivo LGTBI sigue discriminado, en este caso, las familias LGTBI.
Es por esto que me quiero dirigir a los miembros del Parlamento de Canarias, ya que somos de las Islas Canarias y son nuestros representantes en dicha cámara, para que se haga una remodelación del Registro Civil, empezando por la eliminación de obstáculos a las familias homoparentales para la adopción de apellidos de ambos progenitores, así como un lenguaje inclusivo que no dé por entendido que el recién nacido es hijo de un padre y una madre.
Situaciones como la nuestra son muestra de que todavía existe mucha homofobia. Queremos que Noah crezca en una sociedad libre de discriminación, donde tenga las mismas facilidades y oportunidades que otros niños, y donde ni él ni nosotras tengamos que dar explicaciones por el tipo de familia que somos. Hemos avanzado mucho, pero todavía hay camino por recorrer.
Batu zaitez Osoigora