Cuando el 14 de marzo del 2020 el gobierno decretó el primer estado de alarma, más de 800.000 trabajadores entraron en ERTE, dejando en una situación de total precariedad a miles de familias en España y poniendo en relieve las carencias del SEPE. Esta crifra, con la consiguiente carga de trabajo, fue inasumible para el SEPE, que puso en jaque el sistema de prestaciones. Actualmente, más de un año después, sigue habiendo muchos afectados, personas a las que se les deben las prestaciones desde el año pasado.

El acceso de cara al público actual es inexistente, incluyendo la atención telefonica e incluso el correo electrónico; la mayoría de las líneas están colapsadas y muchas ni siquiera funcionan. Esto no hace más que empeorar la situación. Es necesario que el SEPE empiece ya a agilizar el cobro de prestaciones y la atención de cara al público.

Denunciamos también el estado precario informático de este organismo oficial dependiente del Ministerio de Trabajo, al que en más de una ocasión hemos dirigido nuestras quejas sin recibir ningún tipo de respuesta. Desde aquí queremos pedir medios tecnológicos que permitan que se resuelvan cuanto antes todos los expedientes que a día hoy no se han cobrado

Las personas en situación de ERTE no pueden seguir sin recibir respuestas; exigimos que las prestaciones sean pagadas con urgencia.