Me llamo Pol, tengo 16 años y quiero denunciar la transfobia a la que nos tenemos que enfrentar las personas pertenecientes al colectivo tanto fuera como dentro de los mismos centros educativos. Cuando era pequeño me juzgaban por parecer un chico y ahora que he dicho abiertamente que quiero que me traten en masculino me discriminan por parecer una chica. Parece que si eres trans la gente te va a criticar siempre hagas lo que hagas. ¿Por qué no se ofrece más protección para los adolescentes trans dentro de los institutos?

Cuando “salí del armario” recibí insultos y burlas. Cambie el nombre de mis redes sociales al de “Pol” y muchas personas me escribieron por mensaje privado para meterse conmigo. Me llamaban “maricón” si saber exactamente si era una chica o un chico, la gente era bastante irrespetuosa. Mi familia también tardó un tiempo en aceptarlo, pero conozco a gente que lo ha pasado bastante peor. 

Vivimos en una sociedad en la que cuesta mucho aceptar a un adolescente trans. Se piensan que como eres joven no lo tienes claro o que puedes estar pasando por una fase confusa. Dentro del instituto pasa un poco lo mismo, hay compañeros y compañeras que lo aceptan y luego están los que prefieren hacerte la vida imposible. En mi caso, tuvieron que cambiarme de clase porque un chico no paraba de meterse conmigo constantemente. 

Incluso a los profesores les cuesta aceptar el cambio a veces. Tuve una profesora que lo trató con total naturalidad, vio el nombre modificado en la lista de clase y no preguntó, simplemente empezó a tratarme como Pol. Sin embargo, muchos otros no actuaron de la misma manera, algunos seguían hablándome en femenino o diciendo mi anterior nombre en voz alta a la hora de pasar lista. Esto a mí me hacía sentir muy mal. La respuesta general siempre era “se me ha escapado”, pero no podemos seguir callando y permitiendo que esto sea una justificación porque con un chico cisgénero no pasa. Los docentes no pueden seguir faltando al respeto de esta manera a los alumnos trans. Es algo que pasa con demasiada frecuencia dentro del colectivo LGTBIQ+. 

Esto puede incluso desencadenar en problemas de salud mental graves. En mi caso he sufrido ataques de ansiedad, porque los profesores y profesoras del centro no han sabido tratarme con el respeto que merezco. Debería de existir un protocolo general para actuar en estos casos y que ningún chico o chica tenga que pasar por esto.

Incluso dentro del propio colectivo a veces las personas trans nos sentimos invisibilizadas. Por ejemplo, el famoso eslogan “love is love” tan utiliza durante el último mes en las manifestaciones y medios de comunicación solo es otra forma de exclusión hacia las personas trans. Tampoco aborda directamente el sentido de la lucha ya que parece que se acepta que te pueda gustar alguien de tu mismo sexo cuando es amor, pero no cuando es solo deseo o atracción física. Creo que es algo que no debería utilizarse para referirse a todo el colectivo LGTBIQ+. Al final a las personas trans se nos juzga por ser no por querer. 

Desde aquí pido a la Asamblea de Madrid que se tomen medidas para formar al profesorado en materia LGTBIQ+ y que se creen protocolos para tratar estas situaciones. Necesitamos que se proteja a los adolescentes trans dentro de los institutos, si no podemos estudiar en espacios seguros y libres de violencia es que algo se está haciendo mal, ¿cuándo se piensan tomar medidas al respecto?