Buenas noches, sin lugar a dudas todo funcionario de un Cuerpo de Seguridad, con independencia de vestir uniforme o no, de que si lo hace sea azul, negro, verde o blanco, está expuesto a una reacción imprevista ante la presencia de sujetos inmiscuidos en la actividad criminal.

Sería absurdo negar la evidencia por mi parte, al igual que por parte de cualquiera de las personas con capacidad de decisión y de influencia en el ámbito de la Seguridad Pública. No solo estoy absolutamente convencido de la necesaria utilización de medios de prevención lesivos, en las técnicas de intervención policial en un Cuerpo determinado, sino que me niego a tener una mentalidad sectorizada en ese sentido, teniendo una amplia visión de la globalidad de todos los integrantes de la seguridad en general, que en cada momento exponen su integridad física y en ocasiones su vida, ante situaciones que se producen cada vez con mayor frecuencia.

No obstante y haciendo honor a la verdad, a tenor de la realidad actual, debemos reconocer que la implicación en esta materia de la propia Dirección General de la Policía, ostentada por Ignacio Cosidó, desde principios de ésta legislatura de manera directa, y desde antes de ocupar su puesto actual, desde la Portavocía de Interior en el Congreso de los Diputados, durante las legislaturas anteriores, es absolutamente clara y contundente.

De hecho, el plan de aprovisionamiento de chalecos antibala y anticorte, para todas las Unidades Operativas y vehículos como material de dotación debe completarse a lo largo del presente año, habiéndose superado en menos de año y medio el doble de chalecos existentes a la llegada del Partido Popular al Gobierno de la Nación.

¿Eso ha sido lo ideal?, Indudablemente No, lo ideal como todos podremos tener claro, hubiese sido que cada operativo de servicio en la vía pública, hubiese tenido la posibilidad y por tanto la obligación de utilizar un chaleco por protocolo de actuación para evitar toda probabilidad de lesiones ante cualquier riesgo potencial.

Pero claro está, que lo que no se había hecho por parte del Ministerio de Interior en los últimos ocho años anteriores y aunque sea cruda, es la realidad, en los dos primeros años de Gobierno actual, las deficiencias económicas producidas por el anterior Ejecutivo, no dejaban dar "pie con bola", por lo que los presupuestos que al final son los que permiten e imperan, obligaron a tomar una serie de medidas absolutamente contrarias a la voluntad de los responsables actuales del Ministerio de Interior, al igual que del resto del Gobierno.

No en vano, la apuesta ha sido clara y tajante, casi 21.2oo Chalecos para la totalidad de Policías que patrullen las calles en el presente año, con un coste superior a los 6,5 Millones de Euros de coste para su adquisición.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta, sobre si estoy de acuerdo que se entregue al Policía a la vez que su arma reglamentaria, le diré que no lo veo ni necesario ni tampoco oportuno. Y lo digo desde el punto de vista, ya no político, sino como profesional del ramo. En absoluto hace falta que el chaleco forme parte de la dotación de un hogar, ni de una taquilla, lo importante y lo necesario pues, es que los chalecos, como el resto de material complementario (no así el arma reglamentaria), debe servir de dotación al personal en servicio, de nada sirve en un domicilio particular mientras se está de vacaciones, o de baja por incapacidad, y si por el contrario en los vehículos policiales y dependencias de prevención.

Sin extenderme más, espero haber aclarado la duda planteada y agradezco de nuevo la misma.

Feliz 2015, muy especialmente a tod@s los que día, tarde y noche velan de un modo u otro por la seguridad del resto.