La mayoría de los españoles siguen compartiendo valores progresistas y posiciones políticas de izquierda. Durante los años 2010 y 2011 muchos de estos ciudadanos abandonaron al PSOE, porque ante la tesitura de elegir entre coherencia y eficacia, acabó perdiendo una y otra. Desde el fracaso electoral de 2011, el PSOE ha realizado un trabajo esforzado, honesto y cabal para ofrecer una alternativa de izquierdas, valiente y viable a la vez. Pero aún no ha pasado el tiempo suficiente para que una parte significativa de aquella mayoría progresista vuelva a confiar en este partido. Y resulta evidente que tenemos pendiente una renovación de nuestro proyecto y nuestros protagonistas. Otros grupos de izquierda han sabido aprovechar con habilidad este hueco que dejaba el PSOE. Pero estamos empeñados en hacer bien las cosas para merecer el respeto, la credibilidad y el apoyo de las mayorías progresistas de este país ante los retos de 2015. El PSOE será crucial para lograr el cambio en los ayuntamientos, las comunidades y el Gobierno de España que se dirimen en un año.