El PSOE es un partido republicano. La gran mayoría de sus militantes comparte la convicción de que la Jefatura del Estado debe elegirse democráticamente y no heredarse en clave dinástica. No obstante, el PSOE mantiene su compromiso con el consenso constitucional que ha proporcionado a España el mayor periodo de convivencia democrática, garantía de libertades y progreso social de los dos últimos siglos. El vigente consenso constitucional puede revisarse y actualizarse, desde luego, pero con la condición de que las nuevas reglas del juego generen un apoyo tan mayoritario como el que logramos en 1978. Lo contrario significaría recaer en los errores que tan caros pagamos en otras épocas históricas.