El PP obtuvo el 29% de los votos el 20-D, pero tiene una amplísima mayoría absoluta en el Senado. Eso da idea de los efectos de la Ley Electoral, completamente mayoritarios y abusivos en el Congreso, de desvirtuación de la voluntad popular en el Senado.

A efectos legislativos y, sobre todo, ante la previsión de una reforma constitucional, el PP mantiene la posibilidad de bloquear y vetar absolutamente todo. Y no debería ser así.

Necesitamos una reforma institucional que incluya el modelo plurinacional en un marco de federalismo asimétrico, una modificación de la legislación electoral (y de los reglamentos parlamentarios) y una reforma del Senado para que sea cámara de representación territorial en ese modelo. Para mantenerlo como está, mejor cerrarlo.