Es hora de una reforma constitucional profunda que redefina su papel
El Senado es, hoy en día, una cámara que no cumple con su función constitucional: no es una cámara de representación territorial.
No lo es porque el territorio de referencia desde que en los años 1981 y 1982 se pusiera en marcha el llamado Estado de las autonomías, son las Comunidades Autónomas. Y la mayor parte del Senado se compone de representantes elegidos en circunscripción provincial. Y no lo es porque una cámara de representación territorial debería legislar, en primera lectura, en las materias que son competencia autonómica. Y es, simplemente, una cámara de segundo filtrado de las leyes que elabora el Congreso.
Es, más bien, un señuelo. Bajo el nombre de "cámara de representación territorial", el Senado es una Cámara Alta del siglo XIX, con un modelo de elección sesgado, que sirve para moderar los impulsos de la Cámara Baja (como si en el Congreso se volvieran locos...).
Si asumimos que este es un país de países y acometemos reformas territoriales y de arquitectura institucional de calado, España puede tener un parlamento bicameral con una cámara real de representación territorial. Esa cámara podría llamarse Senado, podría estar en la plaza de la Marina Española y podría mantener el personal que allí trabaja (y que realiza un magnífico trabajo cada día), sin duda. Pero, en las condiciones actuales, con esta Ley Electoral, sin competencias, con un reglamento muy restrictivo y órganos de gobierno de la cámara que no permiten, por ejemplo, ejercer la función de control al gobierno, el Senado le está dando la razón a sus detractores y a quienes piensan que estaría mejor cerrado.
Ha sido un placer responder a las preguntas. Me hubiera gustado participar en un formato de debate más dinámico y poder interactuar con los otros portavoces (algunos de ellos son personas muy valiosas de las que aprendo mucho y con las que es un placer confrontar ideas y encontrar acuerdos), pero supongo que en este tipo de formatos y viniendo de un lugar tan vetusto como el Senado, toca ir poco a poco.
Muchas gracias al Huff y a Osoigo por organizarlo y a todos y todas las que habéis participado y enviado vuestras preguntas.
Partekatu
Batu zaitez Osoigora