SUPRESIÓN DEL ESPACIO SCHENGEN UN COSTOSO E INSOLIDARIO SALVESE QUIEN PUEDA
Buenos días clara, como bien sabes, las guerras civiles del Mediterráneo (desde Siria –Irak hasta Libia), así como del continente subsahariano (desde Somalia-Eritrea hasta Mali), están provocando una inevitable y descontrolada huida de personas refugiadas hacia Europa, todos los Informes de Naciones Unidas y de las principales Agencias, Centros e Institutos de investigación y ONG’s implicadas, coinciden en señalar que vivimos hoy la mayor crisis de personas refugiadas de los últimos 25 años, aunque su incidencia en España aún no ha alcanzado ese nivel de entradas ni personas solicitantes de Asilo.
En los últimos meses se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que la crisis de refugiados y la falta de respuestas en la UE acabe con el Espacio Schengen, uno de los mayores logros de la Unión Europea, la esencia misma de la Unión, diría yo, de ese espacio sin fronteras interiores donde la libre circulación de personas, bienes y servicios queden garantizados.
La falta de una visión integral y humanitaria a esta crisis y la falta de una respuesta solidaria de los Estados entre ellos España, que aboga de forma sistemática al miedo y al regateo, está planteando privar a más de 500 millones de europeos de su libertad de movimiento, no solo dificultando el cruce de fronteras a los turistas y los negocios, sino también devaluando nuestra economía y las libertades civiles que tanto ha costado conquistar.
Simplemente en cuestión de números, según los cálculos de la Comisión Europea, la vuelta de "controles de fronteras de forma sistemática y a largo plazo" podría suponer en el peor de los casos hasta 18.000 millones de euros "solo en costes directos” y unos costes extra de 7.100 millones de euros" siendo los retrasos para los transportes de carreteras responsables de cerca de la mitad, afectando "al menos a 57 millones de operaciones de transporte internacional por carretera". "El impacto repercutiría sobre el intercambio de bienes y la eficiencia de la logística europea, con un esperable aumento de precios. Esto llevaría también a nuevos impedimentos en el mercado laboral, pues el 1% de los ciudadanos que viven en países Schengen trabajan al otro lado de las fronteras y se verían afectados": Y hay más y más graves, según el documento de la Comisión, "si los controles de fronteras están asociados a una fragmentación de la política común de visados de la EU, todo apunta a un impacto potencial enorme en la industria del turismo, de entre 10.000 y 20.000 millones de euros al año", es decir, entre el 0,07 y el 0,14% del PIB de la UE. Cifras inmanejables para una economía en una débil recuperación.
Pero junto a estos datos económicos, que ya son escalofriantes existe una cuestión mucho mas esencial y es que para nosotros, el partido socialista, esta medida es solo un sálvese quien pueda que no aborda esta crisis como una crisis de solidaridad. Es necesario solventar problemas humanitarios urgentes y combinarlo con medidas a medio y largo plazo con implicación de organizaciones internacionales, europeas, nacionales y locales.
España debe "hacer oír su voz" en la Unión Europea, que debería "implicarse" más en el Mediterráneo y poner en marcha una verdadera "gestión común de los flujos migratorios" y desplegar una política de solidaridad, no de cierre.
El PSOE frente a esta crisis humanitaria defiende que desde la Unión Europea y Organismos Internacionales se adopten medidas para contribuir a la pacificación de las zonas en conflicto y su desarrollo, que se promuevan programas de reasentamiento que impliquen a todos los países de la Unión Europea, programas creíbles que incluyan cuotas vinculantes de distribución (el Partido Popular ha regateado de forma sistemática la cuota que le fue atribuida), que se estreche la cooperación con terceros países de origen y tránsito y que se siga avanzando en el proyecto europeo con una política global de inmigración y política de asilo, desvinculando la crisis de los refugiados de la lucha contra la inmigración irregular.
A nivel Estatal es necesario consensuar un Plan Estatal de Protección y Acogida a Refugiados y Solicitantes de Asilo (el Partido Socialista ya presentó una Proposición no de Ley en este sentido), incrementar en los PGE (presentamos enmiendas) las partidas destinadas a Asilo y Acogida, aprobar el Reglamento de la Ley de Asilo, ley que se aprobó en el año 2009, que se derogen medidas que nos averguenzan como Estado de Derecho, como las devoluciones en caliente y abordar esta crisis desde el respeto a la dignidad humana y sin abogar constantemente al miedo del efecto llamada.
Es preciso elaborar en coordinación con los gobiernos autonómicos y la FEMP un Plan para la acogida y distribución equitativa de refugiados que prevea todos los aspectos: recepción, acogida, integración, autonomía y previsión de retorno libre y voluntario.
Para nosotros esto es una crisis que afecta a las personas y las medidas que planteamos no pasan por terminar con el espacio Schengen, pues la experiencia nos dice que los simples controles fronterizos son insuficientes y olvidan el elemento esencial cual es la solidaridad para afrontar este problema, al margen por supuesto del coste económico y político que para la UE supondría.
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Batu zaitez Osoigora