Pregunta para Asamblea de Madrid
Me llamo Rocío y soy instructora de perros de asistencia. ¿Cuándo financiarán estos servicios y les darán más visibilidad, especialmente aquellos dirigidos a niños con trastorno del espectro autista?
Me llamo Rocío, soy de Madrid y soy instructora de perros de asistencia. También soy la cofundadora de Kuné, una asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de personas con dificultad física, intelectual, emocional y/o sensorial a través de los perros de asistencia, también llamados perros de ayuda social.
Generalmente solemos asociar el concepto “perro de asistencia” con el perro guía para las personas invidentes, pero también pueden ser entrenados para ayudar a personas con movilidad reducida, tanto adultos como niños, así como a niños con trastorno del espectro autista (TEA). Creo que en este último campo es donde tienen menos visibilidad, al menos aquí en España.
Tenemos un programa de entrenamiento de perros de asistencia para niños con TEA en el que los preparamos para portar seguridad al niño, especialmente en la calle, así como facilitarle una vida más independiente y socialmente inclusiva, tanto para el niño como para toda su familia.
Muchos niños con TEA tienden a fugarse cuando tienen una crisis, lo que puede ser muy peligroso y llegar a causar lesiones en el menor, más teniendo en cuenta que tienen poco sentido del peligro o de las consecuencias de sus acciones. Los perros de asistencia ayudan a reducir estas conductas de fuga.
También se ha demostrado que ayudan en muchos otros aspectos del día a día del niño y de su familia, como reducir problemas de sueño; reducir el estrés y la ansiedad; aumentar la tolerancia a los tiempos de espera y a la frustración; ayudar a adaptarse a nuevos entornos; aumentar la interacción y las habilidades sociales, así como el contacto visual, el aprendizaje, la atención y concentración, y la comunicación, tanto verbal como no verbal.
Una vez el perro ha sido entrenado especialmente para su labor, se lo entregamos a la familia y hacemos un seguimiento durante toda su vida, ya que las necesidades del niño pueden ir cambiando. Cuando llega a una edad en la que no puede ayudar más, lo jubilamos. Normalmente se queda en la familia como una mascota más, pero por supuesto si no pudiera hacerse cargo, puede volver con nosotros sin problema.
Todo el entrenamiento y la preparación tiene un coste de unos 18.000-20.000 €, y a día de hoy no disponemos de ninguna ayuda por parte de la administración pública, por lo que nos financiamos a través de donaciones privadas y animamos a las familias de los usuarios para que hagan lo mismo.
Ante esto, quiero dirigirme a los miembros de la Asamblea de Madrid, ya que soy de Madrid y son mis representantes en dicha cámara, para destinar ayudas económicas a estos tipos de servicios, así como darles más visibilidad, especialmente a aquellos destinados a los niños con TEA.
Un perro es un compañero que no juzga y que siempre estará ahí para lo que uno necesite. Es una ayuda inmensa para los niños con TEA, para crecer con más independencia y poder vivir en una sociedad más inclusiva. Por eso creo que todos deberían tener la oportunidad de disponer de este servicio.