Pregunta para Senado

El cáncer de ovarios es uno de los más peligrosos porque es silencioso ¿Cuándo se va a invertir más recursos para que se investigue más sobre este tipo de cáncer?

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Rocío Soane Pregunta de Rocío Soane

Mi nombre es Rocío Soane, tengo 43 años y me descubrieron el cáncer en una visita rutinaria al ginecólogo. Me detectaron un quiste en el ovario izquierdo, me dieron todos los informes para que fuera a mi médico de cabecera y me derivaran al ginecólogo de la Seguridad Social, porque esta visita fue en una clínica privada.

Cuando me derivaron tardaron 2 años en hacerme todas las pruebas, porque en aquel entonces tenía 34 años y según esta ginecóloga era imposible que tuviera cáncer. Yo tengo antecedentes: mi abuela por parte de padre tuvo cáncer de ovarios y mi abuelo murió de cáncer de pulmón. Pero aún así no me hicieron mucho caso.

Finalmente, me operaron cuando vieron que a pesar de ponerme pastillas y cambiarlas en varias ocasiones el quiste no hacía más que crecer. Llegó a tener cerca de 9 centímetros.

En noviembre de 2014 me operaron por primera vez. Me quitaron el ovario y una trompa. Al mes me llamaron para hacerme una revisión y fue cuando me dijeron que tenía cáncer de ovarios y que tenía que volver a pasar por quirófano. Esta vez sí que fueron muy rápidos ya que esta noticia me la dieron el 13 de enero y el 13 de febrero ya me estaban operando. Me quitaron todo: los ovarios, las trompas, el útero, la matriz, el apéndice, todos los ganglios… Fue una operación de 8 horas. 

La recuperación de esta operación fue muy dolorosa. Estuve ingresada unos 10 días. Los cuatro primeros me tenían anestesiada con la epidural. Me dieron 55 puntos en la barriga, desde el pubis hasta encima del ombligo. A partir del cuarto día yo pedí que me quitaran la anestesia porque no podía comer, ni hacer prácticamente nada y sentía que me iba a recuperar peor si no podía ni comer.

La recuperación fue muy larga, casi 1 año donde prácticamente no puedes hacer ningún esfuerzo. Pero ni poder coger un vaso de una estantería… me tenían que ayudar para todo. Cuando me vi un poco mejor, no hice caso a los médicos y empecé hacer vida normal, y me salió una hernia en la cicatriz y tuve que volver a pasar por quirófano. 

El problema es que al cáncer de ovarios no se le da mucho bombo, pero en realidad es muy peligroso porque no tiene síntomas. La única manera que te lo detectan es que te hagas una revisión y te lo detecten, como fue mi caso. No tienes dolores ni malestar. No es un cáncer al que se le de mucha publicidad y es un cáncer que cuando te das cuenta ya está muy extendido. 

En mi caso me quitaron todo para prevenir ya que como era muy joven. Me iban a dar quimio pero al final optaron que ni quimio ni radio. Mi tratamiento fue de hormonas, me tengo que poner un parche un día sí y uno no, ya que tras la operación tuve menopausia.

Esto es una cosa que tampoco facilitan en la seguridad social, tu te ves con 34 años y con menopausia y no te dan tratamiento para esto. No tienes a nadie que te guíe y que te diga que tipo de alimentación puedes tomar o que cosas puedes hacer para que la menopausia no sea tan brusca. 

Yo todavía no tengo el alta oncológica, tengo que seguir yendo regularmente a las revisiones. Mucha gente que tiene cáncer de mama acaban teniendo cáncer de ovario o de útero, por lo que es una prioridad que se inviertan más recursos en la investigación de este tipo de cáncer. 

Es por todo lo expuesto, por lo que quiero hacer llegar mi petición al Senado. Invertir en investigación es invertir en vidas.

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