Pregunta para Parlamento de Catalunya
Es necesario saber cómo nuestros hábitos diarios impactan el medio ambiente. ¿Cuándo habrá programas ecosociales como eje fundamental de la educación en España?
¡Hola! Me llamo Sandra Morante, tengo 39 años y soy de Barcelona. Fomento una filosofía de responsabilidad con el medio ambiente y la alimentación. Desde hace alrededor de 12 años empecé a investigar sobre el origen de los alimentos que dan gasolina a mi cuerpo. Me hice vegetariana y, con el tiempo, vegana. Vi que el consumo de carne es muy dañino para el medio ambiente, y ese impacto me tocó la fibra. Después supe que podía llevar una vida aún más sostenible, así que empecé a reducir mi nivel de consumo y a tener hábitos minimalistas.
Hace unos días hablaba con un activista ambiental que me compartió una idea que me impactó mucho: estamos totalmente desconectados de la naturaleza. Pero no en un plano metafísico, sino emocional. Si no podemos establecer y sentir ese vínculo, no creo que podamos entender el concepto de sostenibilidad que, sin embargo, está en boca de todo el mundo desde hace algún tiempo. A pesar de eso, es necesario que las corporaciones, las industrias y los Gobiernos tomen acciones reales, que se mojen, y no que los ciudadanos de a pie sean los únicos responsables.
Hoy en día está en la palestra el tema de las macrogranjas en España. La ganadería extensiva provoca un daño ambiental muy grave. A gran escala, creo que deberíamos replantearnos el consumo y ayudar a los ganaderos a modificar su modelo de negocio para no contribuir más a agravar ese impacto ambiental negativo. Y en el ámbito personal también es necesario hacer varios cambios: consumir sólo lo necesario, buscar en tiendas de segunda mano y, en caso de que haya que comprar nuevo, hacerlo en comercios cuyo modelo sea medianamente sostenible, además de adquirir objetos de calidad, que duren muchos años.
Otro asunto urgente es el de los plásticos de un solo uso. Es muy cómodo ir al supermercado y comprar cebollas peladas, por ejemplo. Pero, para reducir el impacto ambiental, podemos optar por comprar en mercados locales y pequeños comercios donde se puedan comprar las cebollas o las naranjas necesarias. Y usar cualquier bolsa de tela. Sería incoherente comprar una bolsa nueva de algodón para ir a hacer la compra, porque también se estaría produciendo un impacto. Y para poder elegir las frutas con calma y preparar los alimentos en vez de optar por una compra instantánea, es fundamental ordenar el tiempo: que las 24 horas del día nos alcancen para hacer lo que está a nuestro alcance para reducir el impacto ambiental.
Considero que la manera más efectiva de empezar a tener cambios en nuestras rutinas para detener la crisis ambiental es a través de una educación no politizada, seria, rigurosa, basada en la ciencia. Si los jóvenes, que son quienes van a vivir las catástrofes climáticas si no las evitamos, no son conscientes de que la crisis ambiental es algo verídico y está demostrado por la ciencia, no iremos a ningún lugar. Por eso deseo preguntar a los políticos de España y del Parlament de Catalunya: ¿cuándo habrá programas ecosociales como eje fundamental de la educación en el país? Debería ser una asignatura, igual que Matemáticas.
Es preciso saber qué es lo que pasa en el mundo y cómo nuestros hábitos diarios de consumo van a afectarnos. Y también es necesario pisar menos cemento, alejarnos de las pantallas. Estamos perdiendo tiempo muy valioso para informarnos de manera adecuada, para vivir fuera de esa realidad virtual y sentir la naturaleza para reforzar la unión con ella.