Me llamo Sandra y he sufrido dos despidos tras haber sido diagnosticada de cáncer de mama con 39 años.

En el año 2016, de casualidad, me noté un bulto en el pecho derecho. Pedí una consulta en el médico, quien me solicitó varias pruebas, tras las que me diagnosticaron un cáncer de mama triplenegativo en estadio 3.

Durante la quimioterapia, que en mi caso fue el inicio de todo el proceso para combatir la enfermedad, me realizaron la prueba genética, que mostró una mutación del gen BRCA1. Por ello, cuando me operaron para hacerme la mastectomía del pecho afectado, me practicaron una histerectomía radical y me quitaron los ganglios. A continuación, recibí radioterapia y el año pasado volví a pasar por quirófano para realizarme una mastectomía preventiva del otro pecho y empezar con la reconstrucción.

Cuando me diagnosticaron el cáncer solicité la baja en el trabajo. A los pocos días me informaron de que, a pesar de estar muy contentos conmigo, habían tomado la decisión de despedirme. Tras superar la enfermedad, encontré otro trabajo del que, de nuevo, me despidieron con las mismas palabras cuando volví a quirófano en octubre del 2021.

Considero fundamental que a los pacientes oncológicos se nos garantice pasar por esta enfermedad, por lo menos, de manera digna. Por ello, pido al Gobierno de España una reforma laboral, con cambios legislativos donde los enfermos de cáncer o con otras enfermedades graves no puedan ser despedidos tras una baja médica.