Pregunta para Cámara de Diputadas y Diputados de Chile
¿Por qué no se promueve la implementación de terapias complementarias en los centros de salud pública?
Soy Sandra Rojas Pérez, tengo 41 años, vivo en Villa Alemana, Región de Valparaíso, y soy terapeuta en biodescodificación, proceso que consiste en buscar momentos de conflicto personal relacionados a los síntomas, para a partir de ello comenzar a buscar el origen del problema, enfrentar esos momentos y resignificarlo. En otras palabras, descubrir el origen biológico-emocional de los síntomas físicos.
Estas terapias son de gran importancia para personas que sufren enfermedades con dolor, pues la resignificación de procesos personales permite disminuir e incluso erradicar los síntomas, tal como ocurrió en mi caso, que luego de estas terapias vinculadas a mi salud mental logré superar graves procesos de dolor que vivía por fibromialgia, depresión y artritis.
Por más de 20 años sufrí graves síntomas de fibromialgia, con dolores invalidantes que ocasionaron serios problemas de salud para mí, incluso llegando a las adicciones y un intento de suicidio. Sin embargo, a través de esta terapia complementaria logré comprender todo lo que me había sucedido, todo lo que estaba viviendo, perdonar y soltar los síntomas.
Hoy como terapeuta acompaño el proceso de muchas personas, no tan solo en Chile, como atiendo vía zoom, puedo acompañar a mis consultantes en otros países. En ningún caso busco que los pacientes abandonen, desprecien, o duden de la medicina tradicional, sino más bien que puedan apostar por otras opciones complementarias que los puedan llevar a mejorar su calidad de vida. Que tengan la opción de elegir su tratamiento.
Llevar adelante estos tratamientos complementarios me hace muy feliz, pues he visto como las personas enfrentan cambios positivos en su vida, especialmente las mujeres a nivel familiar, ya que al mejorar su salud pueden tener más y mejor tiempo para sus hijos e hijas, logrando mejores relaciones con su familia, logran una mejor calidad de vida familiar. De esta forma se ven beneficiados no solo los pacientes, sino también su entorno cercano.
Constantemente existe también la preocupación de qué ocurrirá con las enfermedades hacia el futuro, las personas sienten miedo ante la incertidumbre de no saber cómo sus síntomas les afectarán a medida que avance la edad. Por eso considero que este tipo de terapias complementarias también pueden ser de gran importancia para las personas mayores, ya que si bien es lógico que no podrán vivir 200 años, sí se puede lograr que los últimos años se vivan de forma más digna, con menos dolor y teniendo una oportunidad de llevar una mejor calidad vida. Logrando dormir mejor, eliminar ansiedad y angustia asociados a la edad y por qué no decir, quitando de su vida dolores que se señalan como “crónicos”
Por eso le pregunto a las autoridades pertinentes: ¿Por qué no se promueve la implementación de terapias complementarias en los centros de salud pública? Me gustaría que toda la población pudiera tener acceso a este tipo de tratamientos, sin que esto implique abandonar sus tratamientos tradicionales ni desembolsar grandes sumas de dinero. Más bien lo que quisiera es que se ponga a disposición de la ciudadanía la posibilidad de decidir si quieren implementar otras herramientas de cuidado a sus vidas, por ejemplo, la biodescodificación, la acupuntura, biomagnetismo, reflexología, etc.
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