Hola:

Me llamo Sara y tengo 25 años. Justo la edad en la que la Sanidad Pública me da “el derecho” a poder hacerme una citología. Pero en mi caso llegan un poco tarde, porque con tan solo 24 años tuve que hacer frente a una de las noticias que van a marcar mi vida para siempre: “Tienes un cáncer de ovarios”. 

Sí, con tan solo 24 años y sin ningún tipo de síntoma, me detectaron un cáncer de ovarios. Y todo ello porque soy una privilegiada de poder contar con un seguro privado. Gracias al seguro privado del trabajo de mi madre tuve la oportunidad de hacerme mis revisiones ginecológicas desde los 20 años cada año. La última revisión que me hice antes de saber el tumor que se escondía, lo retrasé de septiembre a diciembre, y acudí por insistencia de mi madre. Total, hasta los 25 no es necesario según la seguridad social. 

Pues en diciembre de 2019, mi ginecóloga del seguro privado me descubrió un quiste que no tenía buena pinta, así que me mandó directamente al hospital a hacerme una prueba. Allí comencé mi tratamiento, dos operaciones, en una de ellas me quitaron un ovario, y mi tratamiento de quimioterapia, todo ello en un hospital público con un trato extraordinario en plena pandemia. 

Ahora mismo estoy casi totalmente recuperada, pero porque pude acudir a mi revisión de manera privada. Es un cáncer poco común pero que sobre todo afecta a las mujeres jóvenes. Así que no puedo llegar a entender cómo es que hasta los 25 años tu médico de cabecera no te deriva al ginecólogo de manera anual para hacerte citología. Numerosas son las amigas que tengo a mi alrededor que no tienen seguro privado. Pero es que además cuando llegan tus 25 te queda por delante una larga lista de espera. 

Un cáncer que puede prevenirse o que incluso puede quedarse en poco con una simple citología. Con tan solo 24 años, y en mis circunstancias en las que todo era malo, y era necesario empezar con el tratamiento, no pude congelar óvulos. Sí, es cierto que ahora mismo no me planteo ser madre, pero en un futuro seguramente sí, y mis oportunidades ahora mismo se reducen a la mitad, algo difícil de asimilar con tan solo 24 años. Además de que se te corte la regla o tener una menopausia precoz, sentirte una mujer mayor con 24 años.

Pasado los meses he sido consciente de problemas importantes que sufrimos los pacientes oncológicos durante el tratamiento y después. Una de las cosas que más me costó afrontar fue la pérdida del pelo, y obviamente fui consciente de lo caras que son y lo difícil que es acceder a una peluca en condiciones. Además después de informarme y acudir a varios talleres, he sido consciente de la importancia de que exista un apoyo extra al lado del oncólogo que informe sobre apoyo nutricional, dermatológico, psicológico, ejercicio físico… y demás cosas que no se contemplan y que son de vital importancia. 

Por todo ello, me dirijo a los políticos de la Asamblea de la Comunidad de Madrid, que son los que me representan. A ellos les pregunto: ¿Cuándo se va a establecer una revisión ginecológica completa de manera anual a partir de tener una vida sexual activa? ¿Cuándo se va a invertir en apoyo adicional para los pacientes oncológicos?