Pregunta para Cortes de Aragón
Mi hijo Adrián tiene diagnosticada una discapacidad intelectual. ¿Cuándo habrá suficiente profesores de apoyo para niños como él?
Me llamo Sara Cardona y soy de Zaragoza. Mi hijo Adrián tiene diagnosticada una discapacidad intelectual, pero no la suficiente como para poder asistir a un colegio para necesidades especiales. Asiste en su lugar a un colegio ordinario, en el que tiene acceso a profesionales de apoyo. Sin embargo, miembros de la comunidad educativa han forzado repetidas veces la situación e intentado convencerme que le cambie de centro, con la excusa de que no tienen los recursos necesarios para mi hijo.
El retraso de Adrián lo empezamos a notar muy pronto, sobre todo en el tema psicomotor. Tardó mucho en andar, hasta los 18 meses no pudo, y al poco fue recuperando. Pero hace unos años cayó enfermo, y perdió mucho tiempo de clase de infantil. Iba al centro a lo mejor una vez cada tres semanas, y el resto del tiempo se lo pasaba en tratamiento. Eso hizo que la parte cognitiva se retrasara mucho más y por eso, ahora, en su entrada en Educación Primaria, requiere de una mayor ayuda.
Adrián fue diagnosticado con un leve retraso cognitivo, y por eso necesita ayuda extra en lo que se refiere a su aprendizaje. En los últimos meses ha mejorado, tal como nos dicen los profesionales a los que le tratan, y eso nos enseña que puede seguir adelante en la educación ordinaria. Adrián se lleva bien con sus compañeros y está muy bien integrado en su clase, y los profesores no tienen problemas con él. Es un niño autónomo, pero al hablar y al escribir le cuesta algo más que a la mayoría de pequeños de siete años. Sin embargo, para la orientadora escolar y la directiva del centro esto no es suficiente para mantenerlo en clase. Nos han insistido una y otra vez que buscáramos otro colegio, hasta el punto de llegar a cubrirnos la mayoría de los papeles necesarios para ello, pero nosotros nos hemos negado, porque no tenemos otra opción que no sea este centro.
Nosotros le llevamos a varios especialistas: logopedas, fisioterapeutas, profesionales del desarrollo cognitivo… Antes de los seis años estábamos también en Atención Temprana, pero al cumplirlos ahora nos hacemos personalmente nosotros cargo de muchos de los tratamientos que tiene. Los profesionales se comunican mucho con sus profesores y estos se han portado genial con Adrián, a pesar de otras actitudes del centro. Todos los profesionales consultados ajenos al colegio desaconsejan que Adrián vaya a un colegio de educación especial. En nuestra vida personal, esto se ha dejado notar bastante. Yo ahora tengo jornada reducida para poder cuidar de Adrián y llevarlo a las citas que requiere.
Mi hijo se encuentra un poco en tierra de nadie: sin diagnóstico suficientemente “grave” como para acudir a un colegio de necesidades especiales, pero demasiado trabajo para el centro al que acude. Cada vez son más los niños como él, que presentan algún tipo de trastorno o necesidades especiales, y es necesario que el sistema dote de los recursos necesarios para poder continuar con su educación de calidad. Se habla mucho de inclusión y se pone de bandera en los centros, pero sin manos es imposible que se pueda llegar a ella.
Todo esto ocurre en gran parte porque no hay suficientes profesores para poder cuidar de los niños. Los ratios recomendados son de 22 niños por clase, pero en nuestro centro las hay con 25 o 26, incluido en la de Adrián. Si además, estos profesores están repartidos entre aulas de apoyo y aulas normales, no se mejora la situación. Necesitamos aulas de apoyo, pero sobre todo necesitamos auxiliares que ayuden a los profesores y que atiendan y refuercen a los niños que, como Adrián, necesiten un impulso extra.
Por esto, quiero pedirle a los miembros de las Cortes de Aragón que lleven esta petición al Gobierno de la Comunidad, y que se reclamen más recursos para las aulas y los profesores de apoyo en los colegios públicos. La inclusión en niños como Adrián solo puede ocurrir si se le da la oportunidad de aprender, con las herramientas adecuadas.