Viví mi adolescencia en un colegio religioso y concertado donde recibí una educación sexual escasa, por no decir nula. Por otro lado, al ser un tema tabú, los padres evitan hablar de ello. A medida que he ido hablando con otras personas, me he dado cuenta de que la calidad educativa respecto a todo lo que engloba lo sexual y las relaciones deja mucho que desear. Intentando solucionar la carencia educativa que tenía, me formé en educación sexual y ahora soy sex coach Me llamo Sara aunque en redes soy @mejorsinsujetador.sexcoach. 

Todavía me encuentro con personas que creen que no puedes quedarte embarazada si tienes la regla. La falta de información accesible para los jóvenes es un problema social. Se preguntan cómo dos mujeres pueden tener sexo o incluso ven normal el control de las redes sociales de una pareja. La popularidad del porno tampoco ayuda, se convierte en un mal modelo para los adolescentes. Las charlas de educación sexual que se dan de manera puntual en los institutos son insuficientes. Tampoco están adaptadas a los tiempos que corren en los que las redes sociales e Internet cada vez tienen más influencia.

La educación sexual debe ir más allá de las relaciones sexuales de las personas cis-heterosexuales. La educación sexual no sólo hace referencia al acto. También engloba diversidad de identidades de género y de orientación sexual, prevención a enfermedades de transmisión sexual, autoconocimiento, comunicación y, en definitiva, todo lo que engloba las relaciones entre personas.

Romper con los tabús respecto al sexo y educar en diversidad, información y respeto, es algo que se debe hacer como parte transversal. Debe formar parte de la educación obligatoria en España. Porque las clases de educación sexual deben dar lugar a la reflexión. Y a una sociedad donde la erótica y la sexualidad son consideradas desde un ámbito tanto práctico como crítico. 

Una buena educación sexual reduciría el sexismo y la homofobia, los embarazos indeseados, las violaciones, tener relaciones sexuales pocos satisfactorias que además puede desencadenar problemas psicológicos, entre otras muchas ventajas.  La conclusión sería una considerable mejora en la autoestima de los jóvenes. Especialmente para mujeres y personas dentro del colectivo LGBT.

Si estás de acuerdo conmigo, únete a la reivindicación, firma y comparte. Porque los jóvenes merecen una educación sexual válida, diversa y de calidad.