Pregunta para Cortes de Castilla y León
Estoy en tratamiento por un cáncer de mama diagnosticado a los 32 años. ¿Por qué además de mejorar la inversión destinada a la investigación, no se garantiza que todas las personas con sintomatología reciben la atención pertinente?
Me llamo Sara y vivo en Valladolid. Antes de que empezara la pandemia de la Covid-19, me noté un bultito en el pecho. Decidí acudir al médico, pero de entrada resultó difícil que me atendieran. Los profesionales consideraban que teniendo en cuenta mi edad y los indicadores de las estadísticas que determinan complicaciones derivadas de la sintomatología que yo presentaba, no era necesario someterme a una ecografía mamaria o a una mamografía. Aun así, terminaron por hacerme una biopsia que indicó que la masa era benigna.
Sin saber muy bien por qué, pregunté si me podían quitar el bulto. La ginecóloga me dijo que si en la próxima visita la masa había aumentado de tamaño me lo quitarían. Así fue. Era plena pandemia y casi un año después, me intervinieron quirúrgicamente para quitarme el bulto. Entonces me anunciaron que padezco cáncer de mama. Me operaron de nuevo para quitarme el ganglio centinela y analizarlo, y también para comprobar que los márgenes quirúrgicos estuviesen limpios. Por suerte, salió todo negativo. Después de esto decidí hacer una conservación de óvulos. Sobre la extracción del ganglio, los médicos me indicaron que tengo riesgo de desarrollar un linfedema, así que en estos momentos me estoy tratando con el asesoramiento de un fisioterapeuta privado con el objetivo de prevenir y también estoy realizando ejercicios en casa. También estoy a la espera de los resultados del test genético, me someto a revisiones rutinarias de control y estoy siguiendo un tratamiento hormonal que durará unos años.
Mi experiencia con la enfermedad me ha hecho percatar de la necesidad que hay de que se fomente, desde las instituciones, la detección temprana del cáncer. El cribaje público destinado a lo mencionado empieza a los 45 años, pero hay muchísima gente diagnosticada antes de esta edad. Considero que se debería de incidir en que, dejando de lado las estadísticas, todas las personas que acuden a un centro de salud con sintomatología, reciben la atención pertinente para recibir un diagnóstico temprano, que es clave para el desarrollo de la enfermedad. Es por lo mencionado que me dirijo a los políticos de las Cortes de Castilla y León, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué además de mejorar la inversión destinada a la investigación de la patología en su totalidad, no se garantiza que todas las personas con sintomatología pueden recibir la atención pertinente?
Finalmente, considero imprescindible poner sobre la mesa de las instituciones, también, que hace falta garantizar un buen acompañamiento informativo sobre los tratamientos y los efectos secundarios que conllevan sobre los pacientes oncológicos, así como mejorar la inversión destinada a la investigación en pro de reducir su agresividad y hacerlos más eficaces a corto plazo.