Pregunta para Congreso de la República de Colombia
Más que artistas nos convertimos en agentes políticos para dar lugar a los espacios artísticos y culturales en municipios y veredas ¿Dónde esta el presupuesto del arte y la cultura en Colombia?
En el campo y en la ruralidad los niños, niñas, adolescentes y jóvenes guardan un gran talento para crear obras artísticas y culturales magnificas que debe ser fortalecido y reconocido.
Hola, soy Sharon Baquero Escobar, tengo 28 años y estudié arte dramático en la fundación actuemos de Ricardo Román y en la Charlotte. Después de estudiar me fui para Canadá, regresé y seguí haciendo artes escénicas con grupos independientes de manera abierta. Toda mi vida he hecho teatro.
Un día tomé la decisión de venir a la Palma un municipio de Cundinamarca, donde se encontraba mi familia. Una vez llegué, me di cuenta que en el campo dentro de su cotidianidad, costumbres y tradiciones hacía falta el arte y cultura. Un espacio o un lugar donde se empezarán a crear nuevas experiencias para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
Recuerdo que los niños y las niñas estaban creciendo en un mundo donde la diversión era matar pajaritos con caucheras, siendo esto muy triste pero que de alguna manera era normal en los juegos del campo. Por lo tanto, pensé que era necesario empezar a sensibilizar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes como también a sus padres que son la matriz en el crecimiento de aquellos seres que estaban iniciando la vida. Cabe resaltar que este pueblo tuvo un conflicto armado muy fuerte, donde toda la población fue víctima, siendo esta razón el fundamento para generar transformación y tejido social.
A partir de este instante, llega a mi vida la inspiración y toda la parte histriónica de la Palma para empezar a trabajar con los pequeños de este lugar. Quisimos iniciar con un cortometraje donde los papás y mamás cooperaron para su creación. Esto fue un proceso muy bonito ya que pude identificar que la comunidad si se puede unir por medio del arte. Desde ahí dije: “Sí podemos generar una transformación social”.
Todo esto sin ánimo de lucro, porque más que dinero, era sentir la satisfacción de querer hacer algo por la comunidad, entendiendo que en estas zonas rurales del país es donde realmente se necesitan los profesionales para generar un cambio, y un impacto positivo en los territorios.
A raíz de todo esto, empiezo a trabajar con la alcaldía, creando la escuela de formación de teatro llamada “grupo de teatro Sha Sha”. Al principio iban pocas personas del vecindario, pero poco a poco se regó la voz y llegaron más personas para unirse, generando encuentros teatrales como “Teatro al parque” y luego el “cine club al parque”. Esto se fue implementando durante la semana, donde la comunidad asistió a cada evento.
Desde ese instante, vi y sentí el campo como un espacio para descubrir los talentos guardados. Por eso, vi la necesidad de llevarlos a un teatro en el que pudieran presentarse y vivir una experiencia ante el público. Golpeé puertas hasta que logré llevarlos a Barranquilla gracias a un convenio con la universidad Simón Bolívar.
Antes de viajar, nosotros realizamos varios encuentros artísticos como el festival de cortometrajes, teatro de sombras, hicimos un encuentro con Caparrapí, trajimos personas importantes del teatro y el arte. Inicio todo un movimiento antes de llegar a Barranquilla.
Estando en la ciudad, tuvimos la oportunidad de presentarnos en el teatro José Consuegra, en casa cofradía, participando en el festival Arte sin fronteras, en donde se demostró que el arte teje, sana, transforma y construye. Y como premio los quise llevar a conocer el mar, donde del 100% que iban, el 80% no lo conocía.
Todo esto trabajando por el amor y la convicción al arte, para realmente generar un pensamiento crítico donde se construya un mundo mejor.
Cada historia representada en las obras es la historia que guarda el municipio de la Palma, sus recuerdos, alrededores, su gente y la voz de los chicos y chicas que viven aquí para contar sus vivencias, acontecimientos como problemáticas del lugar, ayudando a tener un sentido de pertenencia para generar cambios grandes en la sociedad.
Pienso que en la política está hecha para que las cosas no se hagan, no se dignifiquen, no se manifiesten y no se culminen. Pero que de alguna manera día a día con el talento y tocando puertas se pueden generar espacios de formación para la niñez y las juventudes, abriendo nuevas oportunidades para el aprendizaje y el buen vivir.
Por eso quiero lanzar esta petición, para poder implementar y crear más espacios como alianzas con agentes artísticos y culturales dentro de los municipios de Cundinamarca y zonas rurales para que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes puedan desempeñarse en estas áreas creativas, en el que se les pueda dar una continuidad a lo largo de los años de manera colectiva.
¡Apóyanos con 350 firmas para seguir generando arte y cultura con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en la ruralidad!