Pregunta para Senado

La violencia obstétrica existe, y puede producirse antes y después de parir. ¿Por qué no existe un protocolo estatal que tenga en cuenta las indicaciones de la OMS en salud mental perinatal, sin diferencias entre CCAA?

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Sheila Padellaro Pregunta de Sheila Padellaro

¿Qué se conoce como violencia obstétrica? ¿Es el daño físico provocado durante el parto? No solo puede ser eso, la violencia obstétrica (V.O) va mucho más allá, convirtiéndose en “cualquier práctica o actitud médica, expresada mediante el lenguaje o los actos, que durante el seguimiento gineco-obstétrico de las mujeres embarazadas, parturientas o lactantes, ignora los derechos, deseos, decisiones, necesidades, emociones y/o dignidad de las mujeres, así como la de sus bebés”, pudiendo producirse desde el periodo gestacional hasta el postparto, con el agravante en su mayoría, de que son manifestaciones que tendemos a normalizar. 

Es por ello que como Psicóloga Perinatal lanzo esta petición. Porque desde el conocimiento de haber acompañado a tantas mujeres durante su maternidad, más los datos ofrecidos por la OMS en relación con las denuncias a España por casos de V.O, y su Nueva Guía para la Integración de la Salud Mental Perinatal, se puede asegurar que los servicios de salud maternoinfantil, no tiene los conocimientos y recursos necesarios para atender adecuadamente el bienestar emocional / mental de las madres, y por ende el de sus bebés. 

Muchas mujeres son desconocedoras, de que prácticas que sufrieron y consideraron normales durante su embarazo, fueron en realidad prácticas INJUSTIFICADAS cargadas de V.O que han repercutido en su estado emocional durante el postparto. Una violencia que suele reflejarse en comentarios, comportamientos y actitudes, que ejerce el profesional sanitario con cierto poder sobre la madre, juzgando, causando malestar o directamente amenazando. Una mala praxis que puede darse durante todo el proceso de la maternidad:

  • Búsqueda del embarazo: “Eres muy mayor”, “demasiadas pérdidas”, “la beta ha salido negativa, adiós.”
  • Embarazo: Si se cuestiona al sanitario sobre la realización de pruebas o se le desacredita “el médico soy yo”
  • Durante el parto: “No vales para esto”, es que “eres primeriza”, “estate quieta que yo lo hago”, “si no haces esto tu bebé puede morir”, tactos, episiotomías injustificadas, amenazas de inducciones infringiendo miedo, “cállate ya”.
  • Postparto: La atención en exclusiva para el bebé y nada para la madre, infantilizar, juzgar por la decisión de dar o no el pecho, el sentirse mala madre porque la felicidad que se idealizaba no se siente. Nadie pregunta cómo están, qué necesitan, y ni ellas mismas tienen orientación de saber por dónde empezar

Así, la V.O puede darse en todas las fases, pero es el parto donde se pone mayor foco porque es donde pueden ocurrir más consecuencias, cuando se genera un mayor temor y por tanto la mujer pierde la autonomía para decidir sobre su cuerpo, de ser la protagonista real de su parto.

Por ello no queremos que las mujeres normalicen el que se violente contra su físico, su mente, y su derecho a decidir, porque detrás de una mujer que ha sufrido V.O puede haber consecuencias, no solo físicas sino también psicológicas (estrés post traumático, depresión postparto, afectación del vínculo con el bebé, ansiedad generalizada, etc.)

Si ante cualquier operación, un sanitario informa al paciente del riesgo que puede conllevar su intervención, y le da tiempo para leer su consentimiento antes de firmarlo… ¿por qué no se realiza un proceso similar cuando se da a luz? Somos conscientes de que un parto no es lineal, que puede haber complicaciones, pero estas deben ser comentadas de tú a tú con antelación, normalizarlas, “si ocurre esto se sigue este protocolo”. La falta de información acaba idealizando los partos y frente a las intervenciones que son necesarias para salvar vidas, no sabemos emocionalmente cómo actuar. 

En definitiva, necesitamos urgentemente una sanidad pública que:

  • Garantice el bienestar físico y mental de las madres y de sus bebés, independientemente de la CCAA en la que se resida. Con un protocolo estándar, actualizado y aplicado a nivel nacional en cada centro de salud y hospital.
  • Exija responsabilidades ante los casos de V.O. Faltan auditorías.
  • La preparación al parto sea con matronas en servicio que conozcan el hospital, a sus profesionales, y expliquen las complicaciones y planes de actuación que se pueden llegar a realizar.
  • Se incluya la figura del psicólogo para acompañar durante todo el proceso perinatal, que es tan vulnerable a nivel psicológico, y sobre todo en el postparto. Con el fin de detectar trastornos, trabajar sobre ellos, informar sobre las emociones que se sienten y enseñar técnicas para conocer cómo afrontarlas.
  • Sea imprescindible la formación constante del personal sanitario, porque ellxs son la principal referencia para las familias en la atención a su salud.

Con esta iniciativa, junto con muchas otras, queremos dar apoyo y sostén a todas esas mujeres que se reconocen en estas palabras y descubren que han sufrido V.O. Porque no es algo que haya que normalizar, no están solas y si es necesario, hay que pedir ayuda.

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