Pregunta para Congreso de los diputados

Padezco cáncer de mama. ¿Por qué, además de mejorar la inversión para la investigación, no se garantiza que todos los pacientes oncológicos tienen las mismas posibilidades de acceso a tratamientos sin que la zona donde residen sea un condicionante?

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Silvia Arias Pregunta de Silvia Arias

Me llamo Silvia y vivo en Segovia, aunque soy de Madrid. Me hago revisiones rutinarias de control para prevenir el cáncer de mama de manera anual, pero el año pasado no pude acudir a la cita programada debido a la pandemia de la Covid-19 y a otros aspectos relacionados con mi ritmo de vida cotidiano. Aun así, en diciembre decidí pedir cita porque notaba algo extraño. Además, tengo antecedentes familiares que padecieron esta tipología de cáncer y era consciente de que necesitaba tener un especial cuidado en relación con este tema. Me practicaron una ecografía mamaria y una vez tuvieron los resultados, me derivaron a la unidad de anatomía patológica. Allí, me hicieron una punción y después de un mes, me anunciaron que padezco cáncer de mama. Entonces empezó todo el proceso de pruebas para descubrir el apellido de la patología y poder, así, definir un tratamiento.

Durante el período de pruebas en cuestión, me vieron tanto el ginecólogo como la oncóloga; grandes profesionales que me tranquilizaron mucho. Me informaron, finalmente, que el cáncer que yo padezco es de tipología hormonal y definieron que, para tratarlo, empezaría con un tratamiento de quimioterapia dividido en 16 sesiones. Una vez termine con lo mencionado, en principio me intervendrán quirúrgicamente y posteriormente tendré que someterme a radioterapia. Finalmente, seguiré un tratamiento hormonal preventivo durante, aproximadamente, cinco años.

Con las pruebas diagnósticas me detectaron, también, afectación en un ganglio axilar. Yo me trato mediante el servicio privado y me informaron de que debido al deterioro que conlleva la quimioterapia, tenían que colocarme una semilla para identificar la localización del ganglio para, posteriormente, poderme biopsiar el ganglio afectado y el centinela y salvarme de una disección de ganglios axiliares (ALND). Con el diagnóstico definitivo, decidí acudir a la Seguridad Social para valorar dónde quería recibir el tratamiento. Fue entonces cuando la oncóloga del hospital público de Segovia me informó que, por protocolo, ellos no podían acceder a la posibilidad de implementar la semilla en cuestión y que cuando se encuentran con pacientes con afectación en los ganglios tienen que vaciarles la axila entera, con los efectos secundarios severos que esto puede conllevar. Aun así, en Madrid, por ejemplo, sí que se recorre al método mencionado a nivel público, y esto me hace concluir que se trata de una decisión derivada de un aspecto puramente económico, ya que el proceso cuesta, aproximadamente, 500 euros.

Es por lo planteado que me dirijo a los políticos del Congreso de los Diputados; quiero plantearles la necesidad que hay de que se trabaje en pro de garantizar la igualdad de oportunidades de acceso a tratamientos menos agresivos a los pacientes oncológicos, sin tener en cuenta la comunidad dónde se tratan; no debería de haber desigualdad económica de ningún tipo. Además, considero imprescindible que las instituciones revisen las ayudas económicas disponibles, su accesibilidad y la personalización de los casos. Actualmente el cáncer está catalogado como una enfermedad común y para nada se trata de esto. Cuando padeces cáncer tu vida se detiene en seco por un período muy largo de tiempo y además de tener que lidiar con tratamientos muy agresivos que dejan secuelas físicas de por vida, necesitas dejar de trabajar de manera temporal ya que los gastos económicos a los que tienes que afrentarte son los mismos durante todo el tiempo de enfermedad. Es más, la enfermedad deja un lastre en el sentido económico que se suma al cotidiano.

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