Pregunta para Parlamento de Andalucía

Mi nombre es Silvia y tengo Enfermedad de Crohn ¿Por qué no se nos ha garantizado más seguridad a las personas de riesgo ante la crisis del COVID-19?

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Silvia Gil Pregunta de Silvia Gil

Mi nombre es Silvia, vivo en Córdoba y padezco la Enfermedad de Crohn. Mi vida no ha sido fácil, aunque he salido adelante y he logrado muchas cosas.  La Crisis del COVID-19 ha afectado gravemente a la gente que padecemos esta enfermedad, siendo completamente desatendidos y viviendo con temor nuestro día a día.

Tenía 21 años cuando empecé a tener fuertes dolores de vientre. Perdí por completo el apetito, y eso desencadenó a una gran pérdida de peso: en tan solo unos meses perdí 35 kilos, quedando mi salud completamente debilitada.

Después de muchas pruebas me diagnosticaron Enfermedad de Crohn. Probaron todo tipo de tratamientos,  la mayoría de ellos sin éxito. Ser diagnosticada tan joven hace que veas el futuro negro. Pensé que ya no tendría solución, dejé los estudios y caí en una fuerte depresión.

Sin embargo, logré salir a delante. Pese a los malos pronósticos de los médicos, tuve dos preciosos hijos que hoy soy la alegría de mi vida.

La actual crisis del COVID-19 ha agravado la situación de la gente con Enfermedad de Crohn. Contagiarse puede ser letal para nuestro colectivo, que estamos catalogados como población de riesgo.

Cuando se declaró el Estado de Alarma yo trabajaba de cara al público, teniendo contacto con gente de todo tipo. Tenía muchas probabilidades de haberme contagiado, pero por mucho que lo intenté, no se me hizo ningún test de prevención. Ni a mí ni a mi familia. Es curioso como hay gente que tiene acceso a los tests con la mayor facilidad y nosotros, que realmente lo necesitamos, se nos niega cada vez que lo pedimos.

Mis médicos me recomendaron aislarme por completo y separarme de mis hijos, ya que ellos podrían contagiarme. He estado más de 30 días sin verlos. Sin embargo, he tenido que seguir yendo al Hospital –ya que Sanidad se negó en proporcionarme un médico que viniera a mis casa– y al supermercado y a la farmacia.

El miedo está presente en todas mis salidas, intento extremar las precauciones, pero no dispongo del material necesario para mi seguridad. Debido a mi enfermedad, debería de llevar una mascarilla FFP3, la cual es imposible de conseguir en las farmacias, y desde Sanidad no se nos proporciona.

Por este motivo, siendo de Córdoba, me dirijo a los miembros del Parlamento de Andalucía para que se incremente la seguridad a las personas con enfermedades como la mía, ya que hemos sido completamente desatendidas ante la crisis del COVID-19.

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