Mi nombre es Sofia, tengo 24 años y estoy diagnosticada con TLP (trastorno límite de personalidad) y bulimia nerviosa desde hace diez años. Me costó casi ochos años poder hablar de ello abiertamente, ya que en la actualidad siguen existiendo muchos prejuicios sobre la salud mental.

Prejuicios y estigmas que nos señalan como si tuviéramos algo malo cuando lo único que nos sucede es que tenemos una enfermedad como cualquier otra, con la diferencia que en las que respecta a salud mental la sociedad juzga y señala por tenerla. Por estos motivos, la gente no pide ayuda o tarda mucho en hacerlo.

Desde mi experiencia vivir con una problemática en salud mental es luchar cada día con uno mismo, por ejemplo, el TLP te hace vivir en una montaña rusa de emociones constante y cada una de ellas llega al límite, es decir, lo que te hace feliz a nosotros nos hace extremadamente feliz, y lo mismo pasa con la tristeza, la rabia y la ansiedad. Manejar estos sentimientos extremos no es sencillo. Además, en mi caso también convivo con la bulimia nerviosa y tengo comportamientos restrictivos con la comida, atracones y vómitos, lo cual es fruto de un malestar emocional. 

Las personas que vivimos día a día con un problema mental no podemos añadirle la presión de los estigmas, las etiquetas y los comentarios de la gente. Necesitamos que se concientice a la sociedad sobre los problemas reales por los que pasan las personas que convivimos con un problema de salud mental. Necesitamos políticas públicas que incentiven la concientización. Es una manera de mejorar nuestra calidad de vida y nuestro sentir.

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