Pregunta para Congreso de los diputados

Soy madre de una niña trans de cuatro años. ¿Cuándo van a despatologizar y normalizar a las personas trans?

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Me llamo Sonia, soy de Valencia y tengo dos hijas: Gala y Cora. La mayor, Gala, tiene cuatro años y hace tan solo tres semanas que ha hecho la transición. Desde pequeña siempre quiso tener juguetes que tradicionalmente se asocian con niñas, siempre quería llevar disfraces de princesas y llevar el pelo largo. Por supuesto, su padre y yo nunca tuvimos ningún problema en que jugara con lo que le gustara y que se pusiera la ropa y llevara el peinado que quisiera.

Con el tiempo, vimos que no era solo una cuestión de gustos o de expresión, sino que también decía cosas como que de mayor no quería tener barba como su padre, sino que quería ser como yo o como su hermana Cora, que quería hacer pis sentada, que quería tener vulva

Cuando nos dijo “de mayor quiero ser una niña”, empezamos a informarnos, a ver videos y testimonios, y nos encontramos con que teníamos una hija trans. A partir de ahí contactamos con la asociación Chrysallis, quienes nos han acompañado en este proceso y con todos los trámites. El sentirse entendido y apoyado por familias que están pasando por lo mismo es fundamental.

Cuando Gala empezó a decirle a todo el mundo que era una niña y se llamaba Gala, decidimos hacer la transición. Hablamos primeramente con la familia y amigos cercanos y después con el colegio con el que nos coordinamos para informar a los compañeros y a sus padres.

No hace ni un mes que ha hecho la transición y por el momento está yendo todo genial. Todo el mundo se está adaptando muy bien, no ha habido ningún problema y Gala está más feliz que nunca al poder mostrarse como es.

De momento, el único cambio que ha habido es el de su nombre y su forma de vestir en la calle. Cuando llegue a la pre-pubertad, podrá utilizar unos bloqueadores hormonales que lo que hacen es evitar que se desarrollen los caracteres sexuales secundarios propios de su género biológico, por un máximo de dos años, y es algo reversible. Una vez hayan pasado los dos años, que ya será lo suficiente mayor para hacerlo, decidirá si seguir adelante y hormonarse o no, aunque no conozco ningún caso de alguien que se haya echado para atrás.

La Comunidad Valenciana es una de las CCAA donde las familias trans estamos mejor en cuanto a trámites, todo es bastante más fácil que en otros lugares del territorio español porque aquí si que existe una ley de autodeterminación de sexo y existe un protocolo sanitario y un protocolo educativo. Pero a nivel estatal quedan muchas cosas por hacer. Por ejemplo, de momento sigue considerándose que las personas trans tienen una patología, bajo el término “disforia de género”.

Esto no supone tanto problema para los menores, pero para una persona adulta trans, si no pasa por un psicólogo o un psiquiatra que certifique que tiene disforia de género, quedando en su expediente para el resto de su vida, no puede acceder a los tratamientos, cambio de nombre, cambio en el registro, etc. Es decir, tiene que admitir que tiene una patología para que se le reconozca quién es.

De hecho, yo soy enfermera y me dedico a codificar historias clínicas. Cuando tengo que codificar cirugías de la mal llamada “reasignación de sexo”, todos ellos se codifican como disforia de género, como si tuvieran un trastorno, cuando no es así.

Es por eso que quiero dirigirme a los miembros del Congreso de los Diputados para que haya una despatologización y una normalización de las personas trans, tanto en el ámbito sanitario como en el social y educativo.

Al principio, todo esto lo vivimos como un duelo por perder a nuestro niño, pero con el tiempo entendimos que nunca habíamos tenido un hijo, siempre habíamos tenido una hija y su nombre es Gala.

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