Me llamo Souraida, tengo 23 años y, aunque nací en Marruecos, actualmente vivo en Cambrils (Tarragona). Llegué a España con tres añitos y enseguida entré en la escuela infantil. Todavía no sabía hablar español y me sentí muy discriminada tanto por mis compañeros como por los profesores. ¿Cuándo se tomarán medidas para acabar con el racismo en las aulas?

Durante la etapa escolar sufrí bullying debido a mi origen y mi color de piel. Los otros niños me empujaban, me estiraban del pelo y hacían comentarios discriminatorios sobre mi país de origen y mi religión: “mora de mierda” o “¿por qué no vuelves a tu país?” son algunos de los insultos que recibía normalmente. 

Por suerte, el acoso acabó cuando empecé el instituto, aunque el racismo es algo que me sigue acompañando hoy en día. En esta etapa empecé a conocer a gente nueva y a moverme en otros ambientes. De hecho, hoy en día la mayoría de mis amigas son catalanas. 

A pesar de ser musulmana, he decidido no llevar el hiyab y soy consciente de que, por ello, la discriminación que puedo sufrir siempre será menor que la que sufre a diario gente muy cercana a mí. Más que racismo, estamos viviendo una gran ola de islamofobia. Yo lo veo sobre todo en la forma de tratar a mujeres mayores como mi madre. 

Me hierve la sangre cuando veo que las tratan distinto a la hora de ir a comprar o de acudir al médico simplemente por su forma de vestir y de expresarse. Parece que si no dominas bien el idioma y llevas el hiyab te toman por tonta. 

Tras el atentado terrorista de 2017 en Cambrils la situación de odio hacia las personas árabes se incrementó enormemente. Esto se notó tanto en las calles como en las redes sociales. Lo mismo ocurre ahora con el ascenso de los talibanes en Afganistán. Esta situación ha incrementado los prejuicios y estereotipos discriminatorios respecto a la ciudadanía musulmana. 

Yo lo he notado en mis propias redes sociales. Ahora recibo más comentarios despectivos simplemente por ser de origen marroquí. Un día subí un vídeo a TikTok con una amiga venezolana y una argentina para denunciar uno de los últimos comentarios racistas que había recibido. Frente a esto alguien contestó algo como “vas a volver terroristas a tus amigas”. Esto demuestra que el odio que existe en España frente al extranjero nos posiciona a las personas árabes en un lugar mucho peor que a otros colectivos. 

Actualmente tengo una niña de tres años y no me gustaría que sufriera lo que yo sufrí cuando era pequeña. Por eso quiero dirigirme al Parlament de Catalunya para pedir que se tomen medidas frente al racismo y la islamofobia desde los propios centros escolares. Hay que acabar con esto desde la raíz.