¿Cuándo habrá mecanismos de protección y denuncias efectivas para las víctimas del bullying y ciberbullying?

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Mi nombre es Tania y tengo 23 años. De pequeña, desde primaria, sufrí bullying y, al día de hoy, lo sigo enfrentando. Estudié en un colegio privado que contaba con primaria y la ESO. Allí, en ambas etapas de mi vida escolar, sufrí bullying por parte de mis compañeros y fui maltratada por profesores. 

A raíz de este acoso, desarrollé anorexia con apenas 12 años y a los 13 años fui ingresada en un centro de psiquiatría donde los maltratos continuaron, pero esta vez a manos del personal. Irónicamente, salí de allí peor que cuando entré. Esa fue la primera vez que quise morirme. Al mismo tiempo, empecé a desarrollar una debilidad muscular a causa de problemas neurológicos causados por todo aquello, que hizo que siempre estuviera sentada y apenas pudiera andar. Aunque era duro, más o menos podía hacer vida normal. 

Los abusos, sin embargo, dificultaban cada vez más mi vida. A los 15 años, difundieron una foto mía desnuda por grupos de WhatsApp. Esta misma foto le llegó a mi tutora (una de las personas que me maltrataba), a la orientadora y a algunos profesores. Así, llamaron a mi madre al colegio y cuando ella intentó denunciar no recibió ningún apoyo estatal. La única que tuvo consecuencias fui yo porque me quitaron el móvil. No tenía amigos, estaba sola. Esa fue la segunda vez que quise morirme.

Cuando llegué a casa tuve una crisis muy fuerte. Tenía pánico de lo que podía pasar. De hecho, todos esos años viví con mucho miedo y tenía muchísimo estrés acumulado. Desarrollé una neurosis fuerte y creo que este fue el detonante de mi posterior enfermedad. A los 16 años desarrollé eritromelalgia, una patología rara y crónica que me causaba dolores en los pies y en las manos.

Desde entonces, lucho con la enfermedad y las ganas de morir a costa del enorme dolor y sufrimiento. Llevo 7 años sin poder vivir y sin querer vivir.  Ahora mismo prácticamente no salgo de casa, solo para tratamientos.

Además, no he recibido la atención sanitaria necesaria. Apenas hace 2 años empecé un tratamiento que los médicos tardaron 5 años en recomendar a causa del tardío diagnóstico(tuve que buscar yo misma sobre mi enfermedad y decírselo a un médico y que él lo confirmara) y negligencia de los encargados. Si hubiera empezado el tratamiento desde el principio nada de esto hubiera pasado. 

Antes de empezar el tratamiento, uno de los médicos me dijo que mi enfermedad era incurable. En consecuencia, pensé que mi única opción era acabar con mi vida y estuve a punto de hacerlo porque el sufrimiento era insoportable, pero fui incapaz. Ahora me están diciendo que me voy a curar, pero, aunque he estado mejorando llevo muchas decepciones y tratamientos fallidos en estos años y me cuesta confiar. ¿Cuándo se trabajará en una cura para esta enfermedad?

Y, además de enfrentarme a esta difícil enfermedad, seguía teniendo que soportar los abusos y acosos. Cuando tenía 18 años un chico tomó ventaja de la difícil situación por la que estaba pasando física y psicológicamente para manipularme y engañarme. Ese chico consiguió el número de una amiga que es una persona famosa y lo difundió, haciéndole creer a ella que yo había sido quien lo había difundido. 

Después de mucho tiempo pude explicar la situación a mi amiga y empezar a recuperar su amistad poco a poco, pero ahora está ocurriendo una situación similar. Una mujer de 35 años que me conoció por un grupo de WhatsApp, consiguió y ha difundido el número de mi amiga. Una vez más, se me está acusando a mí de haberlo hecho. Además, ha compartido fotos y videos íntimos míos a esta amiga y otras amigas famosas que conozco por Instagram, sin mencionar los insultos, amenazas e intimidación de los que estoy siendo víctima. A raíz de esto he tenido ataques de ansiedad fuertes, mi salud ha vuelto a empeorar y vuelvo a tener pensamientos de acabar con mi vida. 

Sin embargo, hace poco decidí que no podía más y que denunciaría el caso a pesar de todas las dificultades que esto supone para mí (solo salgo de casa para mis tratamientos). Una vez en la comisaría, aunque contaba con evidencia como audios, las autoridades pararon de mí y no se hizo nada. Me han mandado a casa después de perder 2 horas. Sin solución alguna, revictimizándome y con los acosadores todavía impunes, abandoné la comisaría. 

¿Es esta la justicia que tenemos y la manera de tratar a las víctimas del ciberbullying y el bullying? Me siento totalmente desprotegida por la sociedad. Me han fallado en el colegio, me han fallado los médicos y ahora me fallaron las instituciones. Me están dejando de lado, sola y sin ayuda.

Por esto, hoy acudo a Osoigo para contar mi testimonio y reclamar acciones para que lo que me pasó a mí no le pase a otros niños y niñas. Es urgente que el bullying y ciberbullying sean focos de atención. Mi pregunta es, ¿cuándo habrá mecanismos de protección y denuncias efectivas para las víctimas del bullying y ciberbullying? 

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