Mi nombre es Tara Rodríguez soy modelo de tallas grandes y, hace siete años, activista Body Positive. Durante toda mi vida he sido una mujer de tallas grande, lo que hizo qué durante mi etapa escolar sufriera de matoneo.

Enfrentar las críticas qué no buscan construir sino destruir nunca es un proceso sencillo.  A una corta edad tuve qué enfrentarme con los comentarios mal intencionados y crueles de mis compañeros, lo que para una persona tan pequeña es aún más destructivo. Pese a que, en el momento, los docentes no estaban preparados para enfrentar este tipo de escenarios, rápidamente obtuve el apoyo completo e incondicional de mi familia qué me animaron a buscar ayuda de la psicóloga del colegio, de esta forma pude valorarme como mujer sin importar mi peso.

Soy productora de “Yo Soy Internacional”, el primer Reality coaching en Colombia que promueve el amor propio en las mujeres de tallas grandes, y trabajo desde mis redes sociales para buscar qué muchas mujeres y hombres se empoderen de sus cuerpos y se amen.

Creo que el apoyo psicológico es muy necesario, pero se trata de una medida para ayudar a quienes, en mi caso, padecen o padecieron de matoneo. Por eso, creo que necesitamos herramientas qué nos ayuden a evitar esta conducta en lugar de enseñar a sobrevivir a ella. 

Así como muchas instituciones dan clases de ética o religión, quiero qué en los colegios se cree una cátedra normativa de amor propio qué apoye las bases dadas en los hogares. Esta clase puede transformar las vidas de nuestros niños y ayudarnos en la formación de sociedades libres de prejuicios, formando niños más seguros de ellos, sus habilidades e ideas, también mucho más responsables y empáticos con las personas con las que interactúan.

Desde ella podemos enseñar la diversidad de cuerpos, el empoderamiento de quienes somos, responsabilidad afectiva y más herramientas para el desarrollo íntegro y no solo académico. 

Te pido qué me ayudes compartiendo y firmando está petición en osoigo.com y así podamos dar pequeños pasos para transformar nuestras realidades. Los niños no son malos ni crueles por sí mismos, solo deben ser educados de forma correcta para entender a los demás y amarse a sí mismos.