Hola, soy Tatiana, tengo 33 años y el pasado enero fui madre de un pequeño. Mi hijo nació con una intolerancia a las proteínas de la leche y, por ese motivo, es muy importante el cuidado de su alimentación. Solicité la baja laboral en la mutua por riesgo de lactancia. Es decir, si yo hago turnos de ocho horas, mi hijo no puede estar todo ese tiempo sin leche materna, porque es su fuente de alimentación.

Me informé sobre el tema de la baja maternal por riesgo de lactancia en la web de la mutua, donde ponía que siempre que haya riesgos para el bebé o para la madre se puede solicitar la parada laboral. No obstante, cuando llamé a las oficinas de Canarias me dijeron que no consideraban mi caso de riesgo. Como yo ya estaba informada y era consciente de que no podían quitarme el derecho de darle leche materna a mi hijo, me puse en contacto con un abogado que me informó de que tenía todo el derecho del mundo a pedir la baja laboral por este motivo. 

La mutua denegó de nuevo la petición alegando que tengo otras opciones como darle el biberón. Aquí entra en juego el artículo del BOE donde se especifica que cualquier madre tiene derecho a proteger la lactancia de su hijo. Sin embargo, para la mutua no es motivo suficiente. Reclamé el caso en la Seguridad Social y todavía sigo esperando una respuesta, por lo que dar visibilidad a mi caso e intentar que llegue a las instituciones políticas de las Islas Canarias es la única opción que me queda.

Actualmente, estoy de baja por ansiedad. El primer día que fui a trabajar tras dar a luz me entró un ataque de ansiedad muy fuerte y unas migrañas que me hacían imposible llevar a cabo mi trabajo. Sólo de pensar que mi hijo podía estar esas ocho horas sin comer nada me provocaba un malestar inmenso. Tengo la suerte de que mi empresa se ha portado de maravilla conmigo y ha entendido la situación por la que estoy pasando. 

En definitiva, vengo a reclamar la mala gestión por parte de la mutua sobre las bajas antes y después de la maternidad. En mi caso tuve que pelear por la baja antes de dar a luz y me la concedieron a las 32 semanas de embarazo, cuando me hubiese correspondido a las 26. Todo esto es una larga lista de quejas que no son solo mías, sino de muchas madres de la Islas Canarias que nos estamos agrupando para que esto cambie y para que tengamos una mutua que vele por nuestros derechos en vez de poner obstáculos en nuestro camino como madres.