Pregunta para Parlamento de Catalunya
En Cataluña no hay un acceso REAL a la lengua de signos para los niños sordos hijos de padres oyentes. ¿Hasta cuándo seguirán las instituciones con la privación lingüística?
Mi nombre es Veri y soy madre de dos niños, entre ellos Mateu, quien es sordo. Con esta campaña quiero denunciar la situación de privación lingüística y exclusión, en la que se encuentran muchos niños sordos, hijos de padres oyentes y sus familias en Cataluña. En esta comunidad, no existe un acceso real a la lengua de signos (la cual es la lengua natural de las personas sordas) ni tan siquiera se ofrece como una opción para los niños sordos hasta los 7 años.
Mateu fue diagnosticado de bebé con hipoacusia bilateral con patrón de neuropatía, palabras que apenas comprendíamos la primera vez que fueron pronunciadas, y que nos llevaban a entender que nuestro hijo era sordo y por ello, se nos derivó al CREDA (un servicio educativo público que ofrece recursos para las personas con “deficiencias” auditivas o del lenguaje). Desde el CREDA, y desde el minuto uno, no solo no se nos dio la opción de que nuestro bebé aprendiera lengua de signos, queriendo oralizarlo totalmente, sino que además, cuando lo solicitamos, se nos negó, se nos dio mala información e incluso se nos manipuló como familia para que no lo intentáramos ni lleváramos a nuestro hijo a un colegio bilingüe en lengua de signos. Todas estas situaciones, excusas, negligencias y falta de empatía y compresión por parte del personal especializado del CREDA nos llevó a tener que mudarnos a Madrid donde los recursos educativos y sociales en lengua de signos sí son una realidad.
Hemos tenido que dejar nuestra vida, nuestra casa, amigos y familia atrás, por el hecho de que existen comunidades como Cataluña y entidades como el CREDA que niegan el derecho a los niños sordos a recurrir a su lengua natural, la lengua de signos, la cual ha sido científicamente demostrado ser la mejor opción para el desarrollo de las personas sordas. Por ello, el hecho de impedir que las personas sordas aprendan su lengua natural solo puede clasificarse como dejadez y negligencia. Imponer el oralismo por encima de todo a los niños sordos es perjudicial y produce una privación lingüística. Esta puede definirse como la exclusión de la lengua de signos en la educación del niño sordo y puede tener consecuencias graves en el desarrollo cognitivo, las habilidades socio-emocionales, los resultados académicos, la salud mental…
Por otro lado, se trata de una forma de exclusión, ya que priva a estos niños de crecer con referentes y en colectivo, además de obligarles desde muy pequeños a realizar horas de sobreesfuerzo para poder adaptarse a la lengua oral y según muchos “evitar aislarse del resto”. No obstante, en casos como estos, es muy importante no confundir la adaptación con la inclusión. No se puede hablar de educación inclusiva si no se ofrecen los recursos necesarios para que esta lo sea.
Mi hijo tiene derecho a ser sordo. Merece tener maestras, profesores, tutoras, médicos o psicólogas sordas. Merece tener un acceso real a la lengua de signos y aprender a comunicarse y desarrollarse en sociedad en su lengua natural. Merece tener acceso a la lengua oral también si quiere. Todo lo contrario atenta a sus derechos como individuo.
Como familia, sabemos que no somos los únicos, conocemos testimonios duros de madres y padres que siguen luchando por sus hijos sordos tras años de negligencia y opresión. Por ello, es realmente importante que como sociedad visibilicemos este gran problema y concienciemos a los profesionales médicos, educativos y psico-sociales, para que puedan proporcionar a las familias información basada en la evidencia científica y les den la opción a elegir. Además, es importante trabajar para terminar con la estigmatización y desinformación hacia la comunidad sorda.
Por último, y con todo lo aquí plasmado, quiero dirigir esta campaña a los representantes del Parlamento de Cataluña para que, por favor, tengan en cuenta nuestras reivindicaciones y dejen de permitir esta situación, que solo contribuye a perjudicar a los niños sordos y su futuro.
Pido desde aquí la máxima difusión y apoyo a esta campaña. ¡Gracias a tod@s!