Me diagnosticaron TOC este año. Si bien siempre supe que algo me pasaba, todavía no tenía nombre. Tenía crisis muy fuertes y temporadas de estar bien. Al estar embarazada, me di cuenta que algo serio me pasaba y en la actualidad el nivel de persistencia en demasiado alto.

La relación entre la Salud Mental, en este caso TOC, con lo familiar y hereditario van muy de la mano. He sido parte de una familia bastante “nerviosa” y conviví con maltrato psicológico muy de cerca. De la noche a la mañana, no podía acercarme a otras personas sin pensar que me habían hecho algo cuando no era así. En su momento lo veía como un miedo normal, pero analizaba todo mentalmente cuando no había pasado nada. Llegué al punto de creerme lo que sea, vivirlo como real y eso me marco muy fuerte para relaciones a futuro.

Estos trastornos varían según la persona y en mi caso se ha trasladado a muchas temáticas o asuntos y ha ido cambiando. Hace un tiempo no podía dormir porque le cogí miedo. Cada vez que iba a la cama, si bien algo dormía para mi no. No obstante, al enfrentarlo lo superé. He pasado muchas cosas, crisis de la noche a la mañana, pensamientos suicidas y diversas situaciones de angustias y malestares.  

Tuve la suerte de poder acceder rápido a tratamiento por parte de Seguridad Social por el hecho de estar embarazada, de no ser así no me hubieran llamado tan pronto y hubiese sido otra de las muchas víctimas de los muy largos tiempos de espera. Me diagnosticaron ansiedad y trastorno obsesivo a secas, pero no fui tratada como debería. Precisaba un seguimiento constante y semanal porque esto es un trabajo de todos los días, pero las repuestas siempre fueron: “no hay sitio” o “estamos a tope”.

Por consiguiente, tuve que acceder a la privada. En ella, tampoco tuve mucha suerte de comienzo, ya que no me analizaron mucho ni me hicieron las pruebas pertinentes.  Tuve que cambiar de psicóloga para recibir un tratamiento más acorde.  

Otra vez recalco la importancia y congruencia de lo hereditario en estos asuntos. Las exigencias que sufrimos de jóvenes, los estudios, la economía familiar y los maltratos psicológicos generaron mucha tensión en mí. Si bien no era mi culpa, mi razonamiento debido a mi trastorno, era que sí.  

Actualmente tengo la suerte de poder acceder al tratamiento, pero lo pago de mi bolsillo y es mucho dinero y esfuerzo para hacerlo. Pedí por psiquiatría, pero me dieron turno en enero para dentro de otros 8 meses.

 La necesidad de un tratamiento constante para los pacientes de Salud Mental es eminente porque sentimos algo que no está bien en nosotros, como una alarma que necesita ser tratada en serio y de manera constante. El esfuerzo para acceder a la vía privada es mucho cuando deberíamos de ser escuchados por Seguridad Social.  

Es por eso que necesito todo vuestro apoyo. Si conseguimos 500 firmas, Políticos del País Vasco nos van a brindar una respuesta en esta misma web. ¿Nos ayudan firmando esta petición y compartiéndola por todas vuestras redes sociales y contactos?