Hola,

Me llamo Yanira, tengo 32 años y en 2019 me diagnosticaron un cáncer de cuello de útero en estadio II. Aunque estaba bastante localizado, con tan solo 30 años tuve que recibir un tratamiento de radioterapia, quimioterapia, y braquiterapia. Para prevenir las secuelas del tratamiento he podido preservar mis óvulos, aunque hay algunas pacientes que no se les brinda esa oportunidad. 

Dejando atrás mis miedos y mis incertidumbres quiero alzar la voz para poder ayudar a cualquier mujer que me pueda estar leyendo. Y es que desde ese 30 de septiembre de 2019 me he ido encontrando con mujeres con edades de todo tipo a las que les ha pasado un poco lo que a mí, un diagnóstico o un prediagnóstico tardío. Todo ello lo hago basándome en unos datos oficiales, como son los 2.000 casos que se diagnostican cada año en España. Unos 2.000 casos que a nuestra suerte se pueden prevenir. Prevenir con una simple prueba que nunca me hicieron. Y no por no ser rigurosa porque yo siempre he acudido a cada una de mis revisiones ginecológicas. 

En julio de 2019 comencé con un sangrado, que como cualquier mujer sabe diferenciar, era extraño para mi. Era un sangrado que de repente era abundante, de repente paraba, así que decidí ir hasta en dos ocasiones a urgencias. Allí solo me auscultaron y sin hacerme ninguna prueba me dijeron que se trataría de un cambio hormonal, y que me fuese tranquila a casa. Pero yo sabía que no era nada de eso, así que decidí ir a mi médico de cabecera que me mandó al especialista de la Seguridad Social, una ginecóloga que tampoco me hizo ninguna prueba. 

Finalmente decidí acudir a uno de los Centros de Madrid Salud Comunitaria, una red del Ayuntamiento de Madrid. Unos centros que han visto cómo se han ido recortando sus recursos y formas de atender a pacientes. En el caso de mi centro, y en la gran mayoría, se centran mucho en la prevención de la mujer, en la vida activa de la mujer como la prevención, en la menopausia, embarazo, rutinas ginecológicas... Allí el ginecólogo desde el primer momento me hizo una citología y sabía con lo que se iba a encontrar o se estaba encontrando. A los cuatro días me dieron el diagnóstico y empecé mi tratamiento en el Hospital Ramón y Cajal. 

Mi cáncer se pudo evitar, como el de muchas otras mujeres. Me encuentro con muchos casos en el que mujeres que acuden a su ginecólogo y les comentan que tienen antecedentes familiares o compañeras y amigas que tienen o han tenido cáncer de útero, o que tienen síntomas diferentes y quieren saber si tienen el papiloma, los médicos les responden que como entre el 80% y el 90% de la población lo tenemos no les van a decir si lo tienen, considerando que es una preocupación innecesaria. Y es que por mucho que tomemos protección con tener una vida sexual activa ya tenemos el riesgo de contraerlo.

En la Comunidad de Madrid, las citologías se han ido ampliando en un intervalo de años de hasta incluso cada 5 años. Durante estos años te puede pasar cualquier cosa, y cualquier lesión se puede convertir en un tumor y tener que ser intervenida. Tenemos el derecho de saber si tenemos el virus del papiloma, como en mi caso, tenía el derecho a saber que tenía la Cepa 16. Un dato que desconocía cuando tan solo hacía una año y medio que me había hecho mi última revisión. 

Por eso, políticos de la Asamblea de Madrid, que sois los que me representáis en la Comunidad de Madrid os pregunto: ¿Cuándo se va a establecer un protocolo para que aumenten las pruebas de diagnóstico para una detección temprana? ¿Tienen previsto en este 2021 aumentar las partidas presupuestarias destinadas a investigación y concienciación de esta enfermedad?

Os ruego que me ayudéis a difundir y firmar esta campaña por todos tus grupos y contactos de WhatsApp y Redes Sociales. Si conseguimos 500 apoyos, esta pregunta llegará a los distintos partidos políticos de la Asamblea de Madrid, teniendo  la obligación de darnos una respuesta.