Pregunta para Parlamento de Andalucía

¿Por qué los pacientes con fibromialgia no contamos con un tratamiento integral que incluya médicos, nutricionistas y psicólogos? Necesitamos especialistas que crean en la enfermedad

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Yolanda Doña Pregunta de Yolanda Doña

Mi nombre es Yolanda y hace años que fui diagnosticada con fibromialgia, una enfermedad que tiene como característica principal el dolor crónico, el mismo que me ha llevado a tener otro tipo de vida.

Todo este peregrinaje empezó hace 6 años, aunque siempre había padecido de dolores de espalda y rodillas que, según me explicaban los médicos, eran producto de la artrosis. En el trabajo, traté de coger una caja de frutas y, luego de intentar levantarla, quedé con la espalda doblada y un dolor inmenso. Me hicieron exámenes, pero no encontraron nada. Afortunadamente, pude recuperar, pero 6 meses después volvieron los dolores, esta vez más fuertes y más incapacitantes que antes.

Como no existen pruebas analíticas específicas para esta enfermedad, fue un verdadero sufrimiento el que tuve que pasar para poder ser diagnosticada.

El traumatólogo me decía que no se veía nada en las radiografías. Así estuve los tres primeros años de la enfermedad. No podía trabajar ni hacer nada en casa. Tenía que usar muletas para poder andar, porque no podía apoyarme bien. Lo única que podían hacer era darme medicación para calmar el dolor, pero tampoco venía funcionando.

Conseguí que me mandaron al reumatólogo, que dijo que podía ser fibromialgia, pero que no lo iba a diagnosticar hasta que me hiciera más exámenes.

Todos me decían que no tenía nada para tanto dolor como el que tenía. Los médicos me miraban y se reían. Me decían que como estaba tan obesa, que podría ser por el peso. También me mandaron al psicólogo, al psiquiatra, llegué incluso a pensar en quitarme la vida. La gente piensa que es algo simple, pero como no te puedes mover, sientes que no sirves para nada ni para nadie.

A los 4 años de caer mala, el médico de cabecera en mi localidad actual me revisó y me dijo que me podía mandar a los especialistas que yo deseara. Coincidí con el reumatólogo que me había tratado antes, quien ahora sí me hizo un examen adecuado y llegamos al diagnóstico de Fibromialgia.

Llegué a estar tomando 16 pastillas al día. Cuando llegamos a ese estado, mi médico me dijo que no podía seguir así. Que cada vez iba a estar peor. Entonces una persona del pueblo donde estoy viviendo me empezó a dar unos suplementos que me ayudaron mucho. Así me di cuenta que la nutrición también era un pilar fundamental para combatir esta condición, al mismo tiempo que pensé en la necesidad de un tratamiento integral para pacientes con fibromialgia. Al cabo de un año y medio, de 16 pastillas he bajado a cero.

Es por todo esto que me dirijo a los miembros del Parlamento de Andalucía, ya que soy de Andalucía y son mis representantes en dicha cámara, para que se implante en la sanidad pública un tratamiento integral para las pacientes de fibromialgia, que incluya médicos pero también nutricionistas y psicólogos.

Al día de hoy, me duele el cuerpo, pero hago zumba, trabajo, saco a mis perros, hago labores de la casa. Lo hago todo más lento, sí, pero he aprendido a llevar mi enfermedad.

Esa es mi lucha, hacer entender que sí se puede seguir, que no debemos hundirnos. Pero para eso también necesitamos que la sociedad entienda que nuestra enfermedad es real, que es incapacitante y que necesitamos una atención integral para poder llevar una vida digna.

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