Pregunta para Parlamento de Catalunya

El Método Anticonceptivo Essure sigue envenenando mi cuerpo y todavía hay mujeres implantadas que no saben los terribles daños que causa: ¿Quién va a hacerse cargo del destrozo mental y físico que ha causado un anticonceptivo que no fue del todo probado?

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¡Hola! Mi nombre es Zoraida Díaz Bautista, vivo en Catalunya y fui una de las 80 mil implantadas con el método Essure en España: un supuesto anticonceptivo maravilloso y novedoso que fue todo lo contrario. A día de hoy, el Essure sigue envenenado mi cuerpo y desencadenó en Fibromialgia diagnosticada, depresión, desarreglos hormónameles, ansiedad e infinidad de dolores físicos y mentales.

En 2016, mi marido y yo pasamos por un aborto y decimos parar de tener hijos. Allí me comentaron del Essure. Me lo vendieron como si fuera maravilloso y cómodo ya que constaba de una intervención ambulatoria y en el mismo día estaría en mi casa.  A lo sumo, podría levantar un poco de fiebre, pero nada que un Ibuprofeno no cure para retomar mi vida normal y corriente. Sin embargo, esto no fue así: había ingresado algo en mi cuerpo que no estaba medicinalmente probado.

Luego de la intervención, me decían que mi cuerpo se tenía que aguantar y acostumbrarse a llevar el Essure. Que le diera tiempo. No obstante, el tiempo pasaba y no me encontraba bien, de hecho, cada vez peor. Pero los médicos decían que estaba todo normal y que era imposible que el anticonceptivo me haga daño.

Migrañas, dolor de huesos, problemas con la menstruación, imposibilidad para caminar o coger cosas fueron algunos de los síntomas que me hacían sufrir a diario. Comencé a visitar médicos y especialistas, pero todos me indicaban que estaba bien. Las analíticas, radiografías y pruebas de sangre me daban normal. Me llamaron loca, que estaba mal de la cabeza. Todo esto me ocurría luego de haberme colocado el Essure.

A través de Facebook conocí la página de las chicas, de otras mujeres afectadas por el Essure que sufrían lo mismo que yo: No estaba loca, ni mucho menos sola. Esa fue la gota que rebalsó el vaso para darme cuenta que mi cuerpo estaba siendo envenenado con el método y comencé a preguntarme: ¿Por qué Bayer paró esta investigación?

Al enterarme de todo, automáticamente me puse en contacto con mi ginecóloga y mi doctora de cabecera y les comenté el caso para comenzar a unir piezas. Todo lo que me estaba pasado era provocado por el Essure. En el hospital me volvieron a decir que mis Essures estaban bien colocados, pero yo sabía bien que no era así y mi radiografía mostraba que uno de ellos estaba roto, pero seguían negándolo.  

Opté meterme por abogados e iniciar asuntos legales. En ese momento empezaron a comentarme que era posible que uno de mis Essures se haya movido y que era posible que sea eso lo que me estaba haciendo daño. Tan loca no estaba.  

Me operaron en febrero de este año y salí de la operación con muchas complicaciones. No desperté normal, tardé mucho en reaccionar, me tuvieron que poner oxígeno y una vez que estaba más o menos consciente y de pie, me enviaron a casa. Sin embargo, a mi marido le dijeron que todo había salido bien.

En la siguiente visita, después de la operación, la doctora me comenta que habían sucedido muchas complicaciones en mi intervención por tema de unas adherencias y que habían quedado dos trozos de Essure adentro mío. Me deberían haber quitado trompas y cuello uterino, pero solo me sacaron las trompas. A día de hoy, todavía no sé por qué. Me comentan que era un riesgo hacerlo, entre otras excusas.

Desde entonces, esa ha sido la única visita que he tenido desde febrero. Los trozos todavía se ven en la radiografía, aun así, no me creían y me decían que era imposible verlos allí. Me mandaron a hacerme otra, y sí: confirmaron lo que yo les decía. Según la doctora, con esos dos trozos no pasa nada.  

De antemano, firmé que si quedaba algún trozo, me quitaran el útero en caso de no poder extirparlos y no lo cumplieron. No quieren volver a operarme porque dicen que es muy arriesgado: asunto que comprendo, pero yo no quiero ni puedo seguir viviendo con esos dos trozos dentro mío porque siguen envenenándome.

Estoy viviendo con el riesgo de que esos trozos migren dentro del organismo, porque siempre lo hacen. Conozco compañeras que les han migrado los trozos del Essure hasta al estómago y otras han sufrido perforaciones de intestino. Un milímetro puede significar quedarnos sin intestino o estómago. Por eso la importancia del asunto y recalcar que los trozos siempre se mueven dentro del cuerpo.

Mi lucha continua, con los persistentes dolores físicos y mentales de ver que no te hacen caso, mientras cada vez mi cuerpo y salud empeora a raíz de un anticonceptivo maligno. Lo único que hacen es darte tiempo, las visitan siempre me las pasan para adelante. El tiempo es oro para mí porque no sé cómo estará mi cuerpo a futuro y si esos trozos se están moviendo dentro mío. Mis dolores son interminables, y todavía no entiendo por qué nos engañaban de esta manera.

Precisamos que alguien se haga responsable por los daños causados. En España solo ha habido una sentencia de más de 80 mil implantadas, por una mujer embarazada durante el uso del dispositivo, cuando el mismo era para todo lo contrario.

Es por eso que necesitamos todo vuestro apoyo, si conseguimos 500 firmas, Políticos de Catalunya os van a brindar una respuesta en esta misma web. ¿Me ayudas firmando y difundiendo esta petición en todas vuestras redes sociales? ¡Por todas las afectadas del Método Essure!

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